Se baraja desde distintos frentes, y desde hace ya tiempo la posibilidad de cobrar a los usuarios de las autovias por algo que entre todos hemos pagado ya, y aún seguimos pagando. Se justifica este repago en los elevados costes de mantenimiento que tienen estas vías (o que deberían tener, ya que el estado de algunas es lamentable, solo hay que circular por ellas de noche para notarlo).
Se estima que para hacer frente a unos gastos de mantenimiento cifrados por el gobierno en poco menos de 900 millones de Euros, y por las empresas privadas en 1400, se debería cobrar una tasa de 4,5 céntimos por kilómetro a los vehículos ligeros y 10 céntimos a los vehículos pesados. Vaya, blando, blando no parece ese peaje. Hagamos unos números.
4,5 céntimos por kilómetero son 4,5 euros cada 100km, esto es lo que vienen a costar aproximadamente unos tres litros de combustible. Un coche medio actual que consuma 6 litros cada 100km, vería incrementado el coste del desplazamiento por autovía en un 50% lo que es como para pensárselo y empezar a estudiar recorridos alternativos. Las carreteras como la que ilustra el post, dejarían de estar así de vacías.
En un vehículo pesado esos 10 céntimos le supondrían un incremento porcentualmente menor, pero todavía bastante importante, el consumo medio de un camión cargado puede ser de unos 45 litros de diésel cada 100km, con lo que esos 7 litros que se podrían comprar con los 10 céntimos por kilómetro suponen un sobrecoste en el transporte de un 15%, como mínimo, que acabaría repercutiendo en el consumidor final de los productos transportados.
Teniendo en cuenta que hay determinados tramos de autovía que no tienen alternativa por carretera nacional, lo que dejaría como alternativa desviar el tráfico por carreteras comarcales, lo que en algunos casos nos abocaría a pasar por la caja del repago, con el perverso efecto que eso tendría sobre nuestras economías domésticas, tanto de forma directa, como indirecta.
Es evidente que hay que mantener en buen estado las infraestructuras, y que eso tiene un coste (es llamativa la diferencia en la cuantificación de ese coste) cifrado por el gobierno en poco unos 105 euros por kilómetro y casi 170 según las constructoras, pero resulta llamativo ese tipo de concesiones en los que, si la concesionaria no ingresa lo esperado, el estado tiene que pagar la diferencia. Quizá ya va siendo hora de empezar a acabar con ciertos privilegios, si yo invierto en un negocio y no lo amortizo en el plazo estimado, el estado no viene a mi rescate.
En El Blog Salmón | ¿Peaje en autovías? No, gracias; Ah pero ¿las autovías hay que pagarlas?