Reforma constitucional, ¿y la ejecución?

Reforma constitucional, ¿y la ejecución?
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La reforma constitucional para contener el déficit acordada por Zapatero y Rajoy probablemente sea la noticia más impactante de todo el verano. Más que la prima de riesgo o cualquier otra cosa. Se trata de un gran cambio en lo que se ha estado haciendo hasta ahora.

Se ha dicho bastante sobre lo que supone un cambio tan fuerte. Por un lado tenemos Remo que plantea que han de tomarse reflexiones más profundas. Por ejemplo si queremos déficit cero, habrá que plantearse a que queremos renunciar. ¿Queremos dejar las autonomías, los rescates a la banca, la sanidad pública…? Porque a algo tendremos que renunciar si los ingresos no suben y queremos bajar los gastos.

Personalmente mi opinión se acerca a la expresada en Nada es gratis y en materias grises (que están bastante cerca la una de la otra), lo ideal sería ahorrar en tiempos buenos y darle rienda suelta a los malos. Actuamos contra-cíclicamente y no retiramos recursos del sector privado, que es lo que se hace al emitir deuda.

No voy a entrar en el debate sobre que se trata de un sacrificio a los dioses (Alemania, los mercados o cualquier otro agente que usted quiera poner aquí) para calmarlos o una muestra de que una mano oculta (Merkel, los Iluminati o quien usted quiera introducir aquí) gobierna España. Me da la sensación de que es más una medida de impacto.

También reconozco que el problema de la política fiscal contractiva y expansiva es aquel que se describe muy bien con el ejemplo del coche con los cristales pintados (no recuerdo a que economista se le atribuye). Tenemos un coche en una carretera recta con llanuras, cuestas hacia arriba y cuestas hacia abajo. Nuestro objetivo es mantener una velocidad constante usando el acelerador y el freno. Lo malo es que las lunas excepto la trasera están pintadas con pintura opaca, por lo que solo podemos ver lo que pasa atrás. Hay quien opina que ante eso lo mejor es dejar que el coche vaya a su ritmo.

No obstante, lo que me preocupa verdaderamente es la ejecución de un cambio en la Constitución. Porque un gobierno tiene más modos de endeudarse si lo desea que emitir deuda pública. Por ejemplo se puede hacer un “leaseback” a largo plazo (por ejemplo vendiendo edificios y firmando alquileres y contrato de recompra), se puede poner un peaje en la sombra (por ejemplo se construye una carretera por parte de una empresa privada y el gobierno paga 10€ a la constructora por cada coche que pase por la misma durante los próximos 30 años) o se puede dejar de reconocer y acumular facturas (eso que gusta tanto a los políticos).

Todo ello sin artificios en la contabilización de la deuda (por ejemplo sacar la deuda de las empresas públicas del balance porque son empresas o maquillar las cifras del PIB) que se pueden utilizar para saltarse el techo de deuda. Porque en España es habitual que haya grandes ideas (buenas y malas), pero la ejecución suele ser lo peor y lo más preocupante de las mismas.

En El Blog Salmón | PSOE y PP pactan reformar la Constitución para establecer un límite de gasto
Imagen | Zugaldía

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