La competencia fiscal entre las comunidades autónomas se lleva practicando desde que estos entes públicos tienen potestad para fijar en mayor o menor medida los impuestos que pagan los contribuyentes en esos territorios.
Como ejemplos principales de esta competencia fiscal tenemos el impuesto de sucesiones, mejor dicho, la configuración de los 17 impuestos de sucesiones que tenemos o AJD/ITP como canales recaudatorios más llamativos. Pero ahora, la competencia fiscal va a ser mucho más fuerte porque hablamos del impuesto sobre la renta y las alteraciones de los tramos autonómicos.
La nueva financiación autonómica amplia el porcentaje que recauda cada comunidad y le da mayor potestad para fijar tramos impositivos o variar los tipos de cada tramo. El lío es directo porque ya hay varias comunidades que están preparando una subida de sus tramos autonómicos con independencia de las acciones que lleve a cabo el Gobierno central.
En esta línea, Cataluña y Baleares ya están preparando sendas propuestas para elevar los tramos de tributación a las rentas altas o incrementar los tipos para las bases imponibles más elevadas. Por contra, otras comunidades como Castilla la Mancha, ni siquiera se plantean esta posibilidad porque cuentan a sus contribuyentes con rentas altas con una mano, según ha manifestado el presidente Barreda.
El meollo de la cuestión es qué opinan los afectados. Y la opinión generalizada de un par de ellos que si les coge el toro en Cataluña, es sencilla. Cambiar el domicilio fiscal, dado que por sus obligaciones laborales se lo pueden permitir.
Estos cambios no son tan sencillos si no se realiza un traslado efectivo y si no se pueden acreditar los 183 días en una comunidad concreta pero ya veo a más de uno y más de dos, con la calculadora en la mano y buscando la fórmula para irse a comunidades más friendly impositivamente hablando.
Esta competencia fiscal es buena. Buena para las comunidades que no entren al trapo o se encuentren sin la base tributaria de rentas altas como Castilla la Mancha. No hay mejor aliciente para las empresas y para la captación de talento que establecerse en comunidades con una fiscalidad más favorable.
La apertura de estas barreras fiscales perjudicarán ligeramente a las comunidades con segmentos tributarios que se vean afectados y si no pueden cambiar el domicilio por las buenas, lo harán por las malas. Atentos que en breve tendremos ligeros movimientos demográficos.
Más Información | El Pais, Albert Esplugas
En El Blog Salmón | Azores, Euskadi, Europa y la fiscalidad ventajosa
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