Así es como parecen actuar algunas organizaciones, se forman con el único objetivo de captar subvenciones que aseguren su sustento, sin ninguna intención de hacer ningún tipo de labor social, ni de ningún otro tipo, ajustan su estructura a la subvención que quieren conseguir y a vivir. Esto empaña la labor de otras que tienen ante todo vocación de servicio. Como ocurre siempre, bastan unos pocos ejemplos negativos, para estigmatizar un sector.
A falta de datos concretos que confirmen lo extendida que está esta actitud, lo cierto es que existe, para evitarlo tal vez se deberían limitar las cuantías de esas subvenciones con respecto al monto total de los ingresos, o limitarlas en el tiempo, de tal forma que no generasen una dependencia, una cosa es que sirvan de ayuda par iniciar y otra que se conviertan en el principal sustento, sería otro ejemplo más de como la mala actitud de algunos hace pagar a justos por pecadores.
Como digo la loable acción social de muchas ONG, que en muchos casos se financian casi en su totalidad a través de subvenciones públicas, pero que sin embargo realizan una encomiable labor, se ve empañada por “organizaciones” que nacen con la exclusiva finalidad de garantizarse su propio sustento, justificando las subvenciones recibidas con estudios o informes tan irrelevantes como innecesarios salvo para justificar la recepción de ayudas.
Así las cosas, se hacen necesarias propuestas como la reseñada, que perjudicarán seriamente a muchas organizaciones que hacen su labor aportando esfuerzo y trabajo por una remuneración que apenas les sirve para cubrir gastos, porque hay otras que se aprovechan del sistema para conseguir vivir del cuento sin hacer nada de verdadero valor.
No es lo mismo una ONG cuyo objetivo es tener un año ocupadas a 10 personas investigando en “El impacto que el reflejo del sol sobre las líneas de la carretera puede tener sobre la actividad volitiva de la gallina y su intención de atravesar la via”; que una ONG que se dedica a dar cobijo o alimento a indigentes. Por definición una ONG no debería depender de una subvención del gobierno, ya que eso la convertiría en una OG (organización gubernamental).
Las ONG no son empresas, su fin no debería ser conseguir beneficios, no se les puede pedir por tanto que devuelvan esas subvenciones con los frutos de su trabajo, pero sí debería controlarse la cuantía de esas subvenciones y valorarlas por el efecto que tienen. No se debe permitir que por culpa de que unos se aprovechen injustamente de un sistema, otros se vean seriamente perjudicados, tal vez la solución no sea limitar la cuantía de las subvenciones sino comprobar el destino y lo que se hace con ellas, y sobre todo, comprobar que esas subvenciones son necesarias.
En El blog salmón | Las ONGs como negocio
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