Hace un par de días Mariano Rajoy decidió sacar pecho en la clausura de un encuentro empresarial y aseguró que "la crisis ya es historia". Incluso fue un poco más allá en su discurso y, alentado por las palmas y los vítores de los asistentes, dijo lo siguiente:
"Se vive en los mostradores de los pequeños negocios, en los pedidos de los proveedores, en las barras de las cafeterías, en las mesas de los restaurantes, en las nóminas de muchos españoles y en el interior de sus hogares"
Ante tanto optimismo desbordante (faltó abrir un par de botellas de champagne y brindar con los presentes), se me ocurren tres motivos muy sencillos por los que nuestro presidente no debería estar tan contento:
Más de 4,5 millones de desempleados, según los Servicios Públicos de Empleo. Si bien es cierto que los parados van a menos, me parece una falta de respeto hablar de fin de la crisis con semejante cantidad de personas desempleadas.
La deuda pública española es del 96,8 % del PIB: 1,020 billones de euros. ¿Tiene nuestro presidente algún plan para contenerla a corto o medio plazo? Que no se olvide de los intereses que pagamos por la misma, por favor, y de cómo estos resienten otras partidas presupuestarias.
Cerraremos el año con un 5,8 % de déficit público, y lo que es peor, desde Bruselas no confían en que España cumpla el objetivo del 4,2 % en 2015. ¿Hablaremos en un futuro post-electoral de nuevos recortes? Miedo da pensarlo.
Con estos datos por bandera, y otros tantos que podríamos haber citado (crecimiento insuficiente del PIB, estancamiento de los salarios...), me parece precipitado e irresponsable por parte de un presidente del gobierno hablar del final de la crisis. ¿Ha terminado la recesión? Parece que sí, pero ¿la crisis? Por desgracia, aún le quedan años.
En El Blog Salmón | Baja el paro en 14.688 personas en noviembre: buen dato, La deuda pública vuelve a marcar otro récord y escala hasta el 96,8 % del PIB y Bruselas no confía en que Espana cumpla el objetivo de déficit en 2015
Imagen | Partido Popular de Melilla