En este blog, muchos de los comentaristas habéis pedido la creación de una bolsa de alquiler social de viviendas. Pues bien, como he comentado antes, el Gobierno se encuentra en disposición de crear un Fondo Social de Viviendas, con un parque de viviendas destinadas al alquiler con precios bajos para personas que han perdido su vivienda.
Este Fondo Social, se dotará inicialmente de las viviendas que tendrá en cartera el Banco Malo (SAREB) y según palabras del ministro De Guindos y de la Ministra Sáenz de Santamaría, se buscará ampliar la cartera de viviendas existente. Ahora, los condicionantes de este alquiler social de viviendas son la guinda del pastel, dado que de entrada, se restringen a los desahuciados.
A ver, que vayamos poniendo blanco sobre negro. Resulta que, el Gobierno y resto de partidos políticos van a pactar un alquiler subvencionado con fondos públicos única y exclusivamente para los ciudadanos que han perdido una vivienda con origen en una hipoteca. Es decir, que todos aquellos que ya viven de alquiler porque en su momento no quisieron hipotecarse, seguirán pagando precios de mercado.
Por otra parte, dejamos fuera a jóvenes, a los grupos que no entren en la exclusión anterior y a todos aquellos que por unos motivos u otros, no se puedan enmancipar por el mero hecho de no poder afrontar los gastos propios de una vivienda. Con este esquema, subvencionamos los errores pasados y penalizamos las actuaciones prudentes y con raciocinio económico. Sobre una idea de alquileres que debería estar disponibles para todos los ciudadanos a precio de mercado, pasamos al alquiler subvencionado. Diferencia sutil que rompe las reglas básicas de juego.
No debemos olvidar tampoco que como parte fundamental de la ecuación de los alquileres sociales, está la dispersión geográfica, dado que un desahucio en Burgos, no implica que el SAREB tenga viviendas disponibles en esa localidad y quizá las tenga en Murcia. Este ejemplo, lo está viviendo el propio Banco Malo que va a necesitar alquilar unas oficinas en Madrid porque no cuenta con activos adecuados en la capital para este fin, sin ir más lejos.
Lo que nos queda claro es que este modelo de distribución de alquileres sociales es un modelo que va a seguir engordando la factura del rescate financiero, que comenzamos mal no dejando caer a las cajas quebradas y que vamos a terminar por nacionalizar todos los ladrillos del país a costa del bolsillo de todos los contribuyentes.
Eso sí, a efectos de alquileres, sólo si te has hipotecado y no lo puedes pagar, podrás vivir a costa del resto de la sociedad. El resto, que siga pagando la fiesta de la crisis financiera y la burbuja inmobiliaria.
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Imagen | Pedro Angelini