Los desafíos de la España de Felipe VI

Los desafíos de la España de Felipe VI
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Felipe VI será proclamado rey de España en unos días, en medio de una gran crisis económica. La economía española tiene varios desafíos por delante. En un mundo en el que la competencia es global, en el que Asia se convierte poco a poco en el epicentro de la economía y en el que nuestro entorno más inmediato (Europa) está en estancamiento, los desafíos que tendrá la España de Felipe VI son distintos de los que los tuvo la España de Juan Carlos I en 1975.

Los desafíos de la España de Juan Carlos I en 1975

Volvamos a 1975. El tardofranquismo ha finalizado y el modelo económico basado en el plan de estabilización de 1959 se está agotando. El plan de estabilización de 1959 había puesto en marcha un modelo económico en el que se acababa con la autarquía, la preponderancia del INI para todo, demás políticas puestas en marcha entre 1939 y 1959. España no tuvo la recuperación propia de la posguerra europea hasta los años 60.

Precisamente en los años 60 comienza el desarrollismo. Los proletarios propietarios empiezan a tener lavadoras y SEAT 600. La economía crece, llega la inversión exterior y se empieza a vivir como nunca se había vivido en España. Las tasas de crecimiento son casi equivalentes a las japonesas. Pero las crisis del petróleo llega y el modelo se agota. España tenía una economía poco eficiente con la energía, que necesitaba importar (energía y maquinaria) para exportar. Es precisamente de esta época el famoso discurso de Enrique Fuentes Quintana.

Aparte tenemos una tasa de analfabetismo muy alta (superior al 5% en hombres y al 10% en mujeres), un porcentaje muy bajo de la población con estudios terciarios. Las empresas eran muchas de pequeño tamaño, muchas de ellas ineficientes. Quedaba poco tiempo para actuar y los esfuerzos del gobierno iban encaminados más en la reforma política que en la económica.

La depreciación de la moneda se había utilizado de un modo normal en la economía. Otro problema venía de las altas tasas de inflación, por este motivo los tipos de interés eran altos. Luego han ido descendiendo poco a poco, pero la alta rentabilidad de los mismos hacía que los propietarios del capital no tuvieran mucho interés en invertirlos, porque las rentas de los depósitos eran suficientes.

España quería entrar en el Mercado Común Europeo (todavía no se llamaba Unión Europea) y era necesario modernizar la economía para poder competir en igualdad de condiciones. Tampoco había empresas equivalentes situadas en el país, mientras que ahora las principales empresas del IBEX se miden en igualdad de condiciones.

Los desafíos de España de 2014

Treinta y nueve años más tarde España se encuentra en crisis, aunque parece que se ha tocado fondo. La inflación es baja, así como los tipos de interés. Pero se ha perdido el control sobre la moneda, que se ha entregado al BCE. Eso y los compromisos tomados con la Unión Europea hacen más complicado endeudarse.

La diferencia con 1975 es que la competitividad que teníamos que tener era a nivel europeo, mientras que en 2014 vamos a necesitarla a nivel global. Venimos de una burbuja inmobiliaria que se ha cargado la marca país, buena parte de nuestro sistema financiero y el ahorro y capacidad de consumo de miles de familias durante décadas.

Aunque se sigue dependiendo de la energía exterior, se han hecho progresos en este aspecto. Se tiene una de las mayores potencias eólicas instaladas y hoy en día el petróleo a 100 dólares el barril no nos asusta, a pesar de que dependemos de él para traer turistas a nuestras fronteras.

El turismo sigue siendo la principal industria del país, y es incluso más importante. Pero seguimos pensando en términos europeos y la verdad es que la mayor parte de los turistas vienen del entorno más inmediato, sin que hayamos conseguido todavía atraer a turistas de Asia en un número significativo.Además seguimos teniendo el problema de la estacionalidad del mismo, por lo que el desempleo sube y baja todos los años según la estación.

El desempleo sigue siendo el problema más importante de la economía española. Nunca habíamos tenido tantos parados como ahora, entre otros motivos porque ahora hay más población.

La población está alfabetizada prácticamente al 100% y el porcentaje de población con estudios terciarios es equivalente al de cualquier otro país europeo. Pero educativamente se pide mucho más a un país que en 1975. Es necesario tener buenos resultados en PISA (que no los tenemos) y universidades entre las mejores del mundo (que tampoco las tenemos).

Aunque hay empresas comparables a algunas europeas, todavía queda camino por recorrer. La productividad de España no ha cambiado respecto a la de Estados Unidos en los últimos 40 años. Por lo que podemos decir que claramente hemos hecho lo justo para no quedarnos atrás, pero no hemos conseguido ponernos al frente del pelotón.

En El Blog Salmón | Californication ¿cómo hacer la economía española californiana? Imagen | Congreso de la República del Perú

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