La Comisión Europea ha revisado la previsión económica de crecimiento de España para el 2007. Según la Comisión España crecerá un 3,7% durante este año, bastante más que un 2,4% de la Zona Euro. Esta predicción se sitúa en línea con las declaraciones del presidente del gobierno, que el otro día se mostraba optimista sobre la situación económica de España. Por si fuera poco prevé una moderación del diferencial de la inflación que pasará de 1,5 puntos a 0,75. Es decir, nuestros precios crecerán más que los de nuestros socios europeos, pero la diferencia será menor. Una noticia excelente porque de este modo no perderemos tanta competitividad en precios respecto a los vecinos porque nos acerca al objetivo del BCE. Una previsión aparentemente favorable resulta serlo menos cuando vemos que la contención de precios se debe a la moderación salarial (no creo que nadie prefiera que le mantengan el sueldo a que se lo suban). Si recordamos el gran déficit exterior acumulado en los once primeros meses de 2006, que supera los 82.000 millones de euros, diez veces lo previsto para toda la Zona Euro durante el 2007, los buenos augurios se empañan un poco.
El gobierno debería de tener en cuenta que no podemos seguir creciendo exclusivamente por la demanda interna y que los precios lo mejor no es controlarlos exclusivamente con la moderación salarial. Existe otra alternativa, incrementar la productividad. Si nuestra productividad siguiera bajando nos será más difícil atraer nuevas inversiones que creen riqueza y empleo.