Un estudio realizado por Mercer HR ha puesto de manifiesto la enorme dispersión entre costes laborales dentro de la propia Unión Europea. Así, los países oscilan desde los 53.577 euros de media en Bélgica a los 4.752 euros en Letonia.
¿Y España? Ni frio ni calor, unos 29.176 euros, algo por debajo de la media de los 25 países de le UE. Sin embargo, en este caso, las medias sirven de poco. Y España, pese a estar ligeramente por debajo de la media (lo que ha llevado a algunos medios a titular "España con uno de los costes laborales más bajos de Europa"), tiene unos costes hasta 6 veces superiores a los de Letonia.
Las recetas clásicas hablan de que, en estas circunstancias, hay que ser más productivos. Sin embargo, nos encontramos con que los países del Este de Europa tienen una mano de obra altamente cualificada y que además están recibiendo un elevado volumen de inversiones, por lo que ganarles en productividad va a ser complicado.
Este panorama no hace sino confirmar los temores de los 15 países que hasta hace poco formaban la UE respecto a la ampliación a 25. En un contexto de libre circulación de capitales, de mercancías y de trabajadores, la realidad es que tenemos al "enemigo" en casa.