Desde 1993 no teníamos en España un decrecimiento trimestral del PIB. Y aunque el dato no es definitivo, lo será el 13 de noviembre, el PIB del tercer trimestre del año se contrajo un 0,2%. Si la tendencia continúa en el cuarto trimestre, algo bastante probable, España habrá entrado en recesión.
El dato es bastante preocupante, sobretodo porque el inicio del trimestre no creo que haya sido muy flojo. En julio tuvo lugar la devolución fiscal de los 400 euros y España ganó la Eurocopa de fútbol, lo que tuvo que impulsar el consumo. Y aún así la economía se contrajo. Esto tiene pinta de un deterioro cada vez mayor. De hecho, el factor clave para esta disminución del PIB ha sido precisamente el consumo.
Lo único que podría salvarnos de entrar en recesión sería la campaña navideña, pero como la situación general se está deteriorando mucho, sobretodo en el último mes, va a ser difícil de evitar esta situación de dos trimestres consecutivos de decrecimiento. Y aunque se evitara, al final no es tan importante si hay una continuidad o no en la pérdida de riqueza del país. El problema es el desempleo. Y aunque no entremos en recesión, en la actualidad el desempleo está subiendo con mucha fuerza.
Tenemos un problema, y los datos que se están publicando del PIB no hacen sino confirmarlo. La economía se está deteriorando a mucha velocidad, pasando en apenas un año de un crecimiento del 4% anual a uno de unas pocas décimas. ¿Cuándo tocaremos fondo?
Vía | El Economista Imagen | bachmont