Los datos adelantados de inflación para el mes de noviembre siguen indicando una bajada de precios. En esta ocasión del -0,4% interanual, una cifra nada despreciable. Desde el mes anterior, octubre, los precios han caído una décima. La explicación es clara, la energía ha caído con fuerza este mes (gasolina y electricidad).
Lo complicado de este dato es decir si es una bajada puntual o si estamos en deflación y todo lo que esto conlleva. Cuando los precios caen mes tras mes, la expectativa es que todo sea más barato en el futuro y las inversiones y consumo se retrasan esperando un mejor precio. Además, las deudas no decrecen con el paso del tiempo sino todo lo contrario.
Llevamos ya varios meses en negativo y más de un año con valores muy bajos. Podemos afirmar que tenemos un problema. Aunque siempre hay dudas de si es un problema que nos llega o es algo que hemos buscado, caídas de precios para ser más competitivos que otros países europeos.
Desde luego estos datos añaden incertidumbre a la recuperación, al igual que los problemas que tienen otros países de la UE. Podemos volver a caer en una recesión y sería la tercera vez desde que comenzó la crisis. Una verdadera barbaridad.
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