En estos momentos se está hablando mucho de la estrella del golf y de la publicidad, Tiger Woods, con sus problemas en casa y con sus numerosas amigas.
Siendo el deportista que más ingresa del mundo, dentro y fuera del campo con sus numerosos acuerdos con empresas, es normal que se empezó a cuestionar sus relaciones con las empresas que le tenían como cara visible y perfecta.
Cobrando $110 millones en el último año y siendo el mejor pagado durante el séptimo año consecutivo está claro que, hasta ahora, ha mantenido muy buenas relaciones con varias empresas.
Después de que saltaran las noticias y de que anunciara su retirada del golf, ya veremos si permanente o no, vimos tres tipos de reacciones de sus empresas patrocinadoras.
La primera es la de las empresas que, por ahora, no han dicho nada y que han preferido esperar los acontecimientos.
La segunda es la de Accenture, que ha sido la de alejarse lo antes posible, como sea, y dando razones de los más variopintos.
La tercera reacción fue la que vimos de la empresa estadounidense, Gillette, que ha anunciado que retiraría los anuncios de Tiger Woods pero no ha dicho que terminaría su relación con el deportista.
De estas dos últimas reacciones, se puede discernir dos estrategias seguidas por estas empresas.
Entre las razones que Accenture dió para cancelar su relación con el golfista hablaron de su situación difícil actual, es decir, le abandonan a su suerte. También hablaron de que no está jugando su deporte y que eso reduciría su impacto publicitario. Supongo que han olvidado que el segundo en la lista de los deportistas mejor pagados es Michael Jordan, que entiendo que no ha jugado durante algunos años.
Por contrario, Gillette, ha seguido otra estrategia. Primero, utiliza más que un personaje para promocionar su producto estrella comparado con Accenture, que apostó sólo por Tiger Woods y utilizaba su imagen en todo.
Otras diferencias entre estas estrategias incluyen: una reduce la exposición de su estrella, resaltando a otros, y la otra cancela su contrato y se queda sin su cara bonita. La una demuestra su sensibilidad hacia su estrella, no cancelando su contrato, y la otra tuvo prisa por hacerlo, con todo un teatro moral acompañando.
Supongo que personalidades que firmarán con empresas en el futuro tendrán estas diferencias en cuenta cuando deciden con quién firmar y cuánto les cobrarán. Deberían hacerlo.
Vía | BBC News (en inglés) y BBC Mundo y Fuera de límites En El Blog Salmón | ¿Ha funcionado el Gillette Fusión? Imagen | joesixpac