Casi con toda seguridad, en los últimos días habrás oído hablar mucho sobre la cada vez más cercana implantación de la llamada Tasa Tobin en diez países de la Unión Europea, con el objetivo de establecer un impuesto a las transacciones financieras y, en mi opinión, saciar el ansia recaudatoria de los distintos estados, que han visto en esta tasa la posibilidad de engordar sus ingresos fiscales.
Con las elecciones europeas del 24 de mayo detrás de la puerta, lanzar un globo sonda al electorado con el mensaje de que se va a castigar a los bancos me parece demasiado demagógico, sobre todo si tenemos en cuenta la premisa casi universal de que "la banca nunca pierde". Si nos centramos en el caso español, ya se habla de una hipotética recaudación que rondaría los 640 millones de euros anuales, dinero que en teoría saldría de los bolsillos de la banca para ir a parar a los del Estado. Sin embargo, a estas alturas de la película, ¿alguien se cree que la banca asuma este coste sin más y no lo repercuta en sus clientes?
Si finalmente se aprobase este Impuesto de Transacciones Financieras no les quepa la menor duda de que lo pagaremos entre todos, como ocurre siempre. Los bancos no asumirán el coste y no existen herramientas legales que le obliguen a ello, por lo que en última instancia esta situación probablemente derivará en un aumento del coste de financiación para particulares, empresas y Estados. Sin embargo, ese mensaje no cala, por ello no lo pronuncia nadie.
En El Blog Salmón | ¿Servirá de algo la Tasa Tobin?, La implantación retórica e inútil de la Tasa Tobin, por Cristóbal Montoro Imagen | brucknerite