Es muy posible que en alguna ocasión hayas oído hablar de trading. Posiblemente, y cada vez es más sencillo que eso ocurra por los mensajes que se lanzan por ahí, asocies inmediatamente el término del trading a algo así como “ganar miles de euros trabajando dos horas al día y pegándote la vida padre el resto del tiempo”.
No te voy a decir que eso no pueda llegar a ser así, pero sí te diré que, como todo en esta vida, para que eso llegue a ser así, hay que recorrer un camino que acostumbra a ser de todo menos sencillo y placentero.
No sé quien fue el sabio que acuñó la frase, pero la comparto sin duda alguna: el trading es la profesión más dura del mundo. Sí, lo he dicho bien: profesión. Si el trading es tu hobby para los ratos muertos, busca una inversión alternativa, por lo menos en la fase inicial. No se pude llegar a ser un trader de verdad sin entender el trading como una actividad principal, especialmente en la fase de aprendizaje inicial. No te puedes llegar a hacer la más mínima idea de lo complicado que le resulta a nuestro cerebro reprogramarse para estar plenamente capacitado para vivir del trading. Imagínate si le pedimos que lo haga a ratos libres.
Puede que te sorprenda el comentario anterior, pero ten muy clara una cosa: el éxito en el trading es algo personal e intransferible. Te podrán enseñar un sistema, te podrán enseñar unos set-ups para entrar en operaciones, te podrán enseñar todo lo que técnicamente precises. Pero trasladar eso a la práctica es lo que marca las diferencias entre un trader ganador y un trader perdedor. Nunca te van a poder enseñar a ser un trader ganador. Ese aprendizaje corre de tu cuenta, y probablemente ahí radique la tremenda dificultad del trading. El filtro de tus emociones, tus miedos y tu avaricia, es capaz de destrozar el sistema técnicamente más perfecto del mundo.
No se explica sino que traders diferentes operando un mismo sistema obtengan resultados diferentes. Eso pasa. Día sí, día también. Yo he vivido en mis propias carnes como intentando seguir el sistema de otro, él no hacía más que acumular beneficios mientras que yo podía darme por satisfecho si al final de mes “hacía las paces” entre lo ganado y lo perdido.
¿Estoy diciendo con ello que el sistema que utilices para operar no es importante? ¡No, no digo eso! Lo que te quiero hacer entender es que disponer de un sistema ganador es una condición necesaria, pero no suficiente. Parece mentira, pero yo he visto destrozar cuentas de trading con sistemas ganadores por un simple problema de disciplina; de no saber controlar las emociones que con cada operación el mercado saca de tan dentro de ti, que ni siquiera podías llegar a pensar que las tuvieras. O aún peor, he visto destrozar cuentas con buenos sistemas, porque la demanda emocional de esos sistemas no encajaba con la personalidad del trader que lo operaba.
Al final, quien va a ganar o perder dinero vas a ser tú, no el sistema. Por lo tanto, es fundamental que tú te sientas lo más cómodo posible con el sistema que estás utilizando para tu operativa. No en vano, ¿por qué te crees que el 95% de las personas que se acercan a los mercados pierde dinero? Deja que te responda: porque su incursión a este complicado mundo nunca fue con el objetivo inicial de pertenecer al 5% de ganadores. Seguramente no había un compromiso real de dedicación para alcanzar esa meta.
¿Cuánto tardas en sacarte una carrera? ¿Y te crees que en 4 meses vas a poder birlarle la pasta en los mercados a muchas de las mentes más privilegiadas de este planeta? Con las ideas del 95% de la gente, no te quedará otro final que formar parte del 95% de la gente. Si realmente quieres estar en ese grupo del 5% de ganadores, ¿te has parado a pensar alguna vez qué hace ese 5% diferente del resto? Ya tienes deberes.