No hay tregua alguna. Del espejismo del efecto Sareb, que maquilló las cifras entre diciembre y febrero, ya no hay rastro y la morosidad encara de nuevo una senda alcista, en busca de un nuevo techo. En el mes de mayo, cajas y bancos españoles acumulaban 170.225 millones de euros en créditos dudosos, lo que supone un 11,20%, el tercer registro más alto desde que hay datos.
Las dificultades económicas de familias y empresas siguen pasando seria factura a las cuentas de las entidades financieras, que siguen arrojando números rojos cada vez más intensos. En los primeros cuatro meses de este 2013 se ha pasado de un 10,7% de créditos dudosos a más de un 11,2%. La evolución es negativa y todas las previsiones señalan a un incremento mayor en próximos trimestres.
En concreto, según los datos hechos públicos hoy por el Banco de España en su boletín estadístico, mayo se cerró por las entidades de crédito españolas con un volumen de crédito de 1,51 billones de euros. Se trata del volumen más bajo de los últimos seis años, dada la restricción en el grifo de la financiación y también el desendeudamiento privado que se lleva a cabo. Si comparamos con los 1,86 billones con los que se cerró 2008, hay una caída de casi el 19%.
Esa reducción del crédito no ha ido acompañada de un mismo comportamiento en la tasa de morosidad de las entidades. Es más, la tendencia ha sido totalmente contraria. Desde ese mismo año 2008, donde se llegaba casi al 3,4%, se ha multiplicado por cuatro hasta alcanzar el 11,20%. Es decir, hablamos de que once de cada cien euros prestados por las entidades se incluyen como de dudoso cobro.
Si se analiza la evolución de los últimos meses, se puede apreciar cómo el efecto Sareb no ha calmado lo más mínimo la tendencia al alza. En diciembre y febrero se completaron los traspasos de activos a la sociedad y, por tanto, esas cifras se excluían de las estadísticas del Banco de España, al no considerarse formalmente como una entidad financiera. No obstante, justo tras ese ‘impasse’ han llegado de nuevo las alzas. En abril se rozó la barrera del 11% y en mayo ya está superada con creces.
El cierre del grifo del crédito no ha conseguido calmar la morosidad de familias y empresas que no pueden hacer frente a sus préstamos tras más de seis años de dificultades económicas. Veremos la evolución de los próximos meses, aunque todo apunta a una ruptura del techo que se marcó en noviembre, cuando se alcanzó el nivel más alto desde que hay estadísticas.
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