Después de contextualizar la importancia de los indicadores técnicos en la operativa de Forex y haber analizado el indicador probablemente más básico de todos, la media móvil, toca echar un vistazo al resto de indicadores que pueden resultar de ayuda en nuestra lectura del mercado.
Hoy le toca al turno a otros dos indicadores especialmente prácticos para detectar y aprovechar las tendencias del mercado posicionándonos adecuadamente cuando se inician y detectando el mejor momento para deshacer posiciones en caso que se debiliten: las bandas de Bollinger y el MACD.
Bandas de Bollinger
Las bandas de Bollinger consisten simplemente en colocar dos áreas de fluctuación alrededor de una media móvil, de manera que se incluya en la zona comprendida entre ambas bandas dos desviaciones típicas por arriba y por abajo de la media móvil, que habitualmente es la de 21 días.
Aunque su uso habitual conduce a interpretar que si el precio toca la parte superior de la banda se entiende como sobrecomprado, y su tendencia será a regresar hacia la media móvil tarde o temprano, y si están en la parte baja de la banda los precios estarán sobrevendidos, la realidad es que las bandas de Bollinger tienen su uso principal en la determinación de la volatilidad del mercado.
La separación entre bandas no deja de indicarnos la volatilidad del producto estudiado (pues representa 4 desviaciones estándar respecto al periodo determinado por la media móvil escogida). Es decir: si las bandas están muy separadas, la volatilidad habrá sido considerable, mientras que si las bandas están muy juntas, la volatilidad habrá sido reducida, y por lo tanto se podría esperar en cualquier momento el comienzo de un nuevo movimiento tendencial.
Sin embargo, hay que tener mucho cuidado con utilizar los toques a las bandas de Bollinger como señales de compra o venta, pues estaríamos presuponiendo que la estructura del precio sigue una distribución estadística conocida (las bandas de Bollinger son pura estadística sobre el pasado, con media y desviación estándar), algo que no es cierto en absoluto.
MACD
Seguramente habrás oído hablar en numerosas ocasiones de uno de los indicadores que más traders utilizan en su operativa diaria: el MACD, o de donde provienen las siglas, la Moving Average Convergence Divergence. Como su propio nombre indica, se trata de un indicador un tanto más complejo en su cálculo, aunque a la hora de interpretarlo no conlleva una dificultad excesiva.
Para saber de dónde procede, simplemente indicar que se basa en la diferencia entre dos medias móviles exponenciales (EMA), una más rápida que la otra (normalmente una de 12 y otra de 26), y una tercera EMA de periodo más corto que las dos primeras (habitualmente 9) conocida normalmente como línea de señal. En definitiva, visualmente no dejan de ser dos líneas con diferentes movimientos.
¿Qué nos indica el MACD? Fundamentalmente nos aporta información acerca de la fuerza o debilidad del mercado en un momento preciso. Si el MACD supera al alza la línea de señal, el mercado está cogiendo fuerza, mientras que si baja por debajo de la misma, podría ser una señal de debilitación de la tendencia existente. En definitiva, el MACD nos ayuda a perseguir o abandonar tendencias en el mercado.
Además del propio MACD, normalmente este indicador viene acompañado por un histograma (conocido como MACDh) que nos proporciona una medida visual de la distancia entre la línea del MACD y la línea de señal, y lo más importante aún, nos indica de una manera muy clara e inconfundible quién manda en cada momento en el mercado, si los alcistas (cuando las barras del histograma están por encima del cero, y normalmente de color verde) o los bajistas (cuando las barras del histogramas están por debajo del cero, y normalmente rojas), y con qué “margen” lo hacen.
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