Hace un par de días el Banco de España publicó los datos de deuda pública correspondientes al primer trimestre de este año y no hay sorpresas: la deuda del conjunto de las administraciones públicas se situó en 1,046 billones de euros, 12.344 millones de euros más que en el último trimestre del año anterior, con lo que ya se sitúa en el 98 % del PIB.
De acuerdo con la actualización del Programa de Estabilidad del pasado 30 de abril, este porcentaje se sitúa a tan sólo un punto del objetivo comprometido por el Gobierno para todo el año, que era del 98,9 %. Y esto lo hemos conseguido en un sólo un trimestre del año. Faltan tres, hagan sus apuestas.
Es obvio que España tiene un problema muy grave con su deuda pública. Pese a que el Gobierno metió la motosierra sin contemplaciones a gastos públicos que hasta entonces creíamos intocables, como desempleo, educación o sanidad, y considerando que por el lado de los ingresos públicos no conseguimos homologarnos a la media europea, es evidente que pocas alternativas nos quedan ya.
Parece evidente que hasta que nuestra economía no consiga crecer a tasas muy por encima del déficit anual, reducir el porcentaje de deuda pública sobre el PIB parece una tarea imposible.
Por cierto, que nadie olvide que hace diez años, el porcentaje de deuda pública sobre PIB apenas era del 61,2 %. Lo que han hecho con las cuentas públicas no tiene nombre.
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