Según el secretario general de Empleo, Valeriano Gómez, y Luis Toharia, catedrático de Economía y experto en el mercado de trabajo, muchos parados se dan de alta en los Servicios Públicos de Empleo "porque piensan que generan derechos" más que por buscar trabajo.
Entre estos derechos se encuentra la protección por desempleo, que da la Administración central, y otro tipo de ventajas sociales ofrecidas por comunidades autónomas y los ayuntamientos (como cursos gratuitos o subvencionados, etc.)
Este hecho revela que las oficinas de empleo cumplen sólo parcialmente su cometido principal, que es el de facilitar que demanda y oferta de empleo se encuentren. Queda la duda (y es lo que el Gobierno pretende estudiar ahora) de saber cuáles son las razones de esta circunstancia. Puede que las oficinas de empleo no funcionen de forma muy eficiente (mi experiencia personal con ellas no es especialmente buena), que los parados no lo vean como una fuente de ofertas de empleo o que, por qué no, los parados tengan una disposición "limitada" a aceptar un empleo cuando se apuntan al INEM.
En cualquier caso, queda en evidencia que el servicio público de empleo está lejos de cumplir su función y que, por lo tanto, es necesario actuar.
Vía | Expansión y Empleo Más información | Instituto Nacional de Empleo