El mercado laboral español lleva varios años sufriendo lo que nunca se pensó que sufriría a estas alturas. Los últimos cinco años han sido un constante goteo –a veces un torrente- de bajas a la Seguridad Social, despidos y precariedad, lo que ha contribuido a dejarle maltrecho y tocado de gravedad.
Aunque el empleo va lentamente recuperándose en España, las grietas que ha dejado la crisis van a ser muy difíciles de cerrar, pues el nuevo modelo laboral producto de la recesión prima unas necesidades que no se corresponden con la realidad de los trabajadores.
Un estudio realizado recientemente por la firma de recursos humanos Randstad señala que ha detectado un aumento del desajuste entre la oferta profesional del mercado laboral y las necesidades empresariales. Un desajuste al que pone nombre: “déficit de talento”.
Es decir, ha detectado que las compañías van a tener problemas para encontrar profesionales con determinadas habilidades y perfiles concretos en los próximos años, por lo que no van a poder cubrir los puestos que tengan libres debido a este déficit.
En concreto, Randstad prevé que para 2020 hagan falta en España 1,9 millones de trabajadores altamente cualificados. Lo paradójico es que ese déficit se combinará con altas tasas de paro en perfiles de menor formación académica o con especializaciones con menos salidas profesionales.
La educación, el salvavidas
Para que este déficit no siga creciendo y se confirme el panorama que dibuja Randstad, los profesionales aluden al sistema educativo como la forma de salvar esta distancia que ya existe entre la oferta del mercado laboral y la demanda.
Es evidente que España necesita un nuevo plan educativo a todos los niveles. El sistema actual está desfasado y demasiado ideologizado como para formar de forma completa a los niños y jóvenes que serán la masa laboral del futuro. Falta calidad de enseñanza y renovación de métodos, una reforma completa que debería abordar el nuevo gobierno, si es que se llega a formar sin necesidad de ir de nuevo a las urnas.
En cualquier caso, este mal no afecta solo a España. Randstad avisa de que es común a toda Europa, Norteamérica y Asia, pero reconoce que dentro de la UE si ataca con más virulencia a nuestro país, Italia y Polonia.
Este panorama puede suponer un grave peligro para la economía española, ya que el país se verá incapacitado para dar el salto de calidad que necesita su sistema productivo ante la imposibilidad de encontrar el talento necesario. Puede que ese sea el momento en el que se acuerde de todos los talentos a los que la crisis ha obligado a emigrar para sobrevivir. Pero puede que ya sea demasiado tarde…