Había un chiste cubano que me parecía glorioso. Un cubano, interpelado por su supuesta baja productividad, por la fama (merecida o no) de su baja aplicación laboral, respondía con toda lógica: el gobierno hace como que nos paga, y nosotros hacemos como que trabajamos. Aunque no todos seamos capaces de verbalizarlo, el hombre acaba de reflejar lo que es una constante en el mundo empresarial o laboral. No se debe entender la remuneración como una cantidad en valor absoluto. Debe ponerse en relación con las horas trabajadas, las piezas producidas, etc...y si el pagador pretende que le salga más barato bajando el numerador, no debe extrañarse si la otra parte ajusta el denominador también a la baja, para mantener el equilibrio.
En Cuba se había materializado una suerte de aquel sueño comunista: de cada uno segun su capacidad, a cada uno según sus necesidades. Es posible que a alguno esto le parezca maravilloso. A otros muchos, y a mi incluid,o me parece algo bastante kafkiano. Me hace gracia como hay gente que critica la Enciclopedia Rubio y sin embargo es capaz de tragarse este tipo de teorías sin pestañear. Os recomiendo, como contraprestración al link anterior, la lectura de este fragmento de Atlas desencadenado, de Rand, donde, desde la ficción, se recoge una crítica acerada.
Evidentemente alguno dirá que todo es cuestión de opiniones. Es probable. Aunque la realidad parece haber demostrado a Cuba que ese sistema, el del salario igualitario, no funciona. De hecho, esta misma semana Raúl Castro ha anunciado que se anulan los limites salariales, que se establecerán primas por productividad (o sea, salario variable ligado a resultados) y el reconocimiento de que no es conveniente que todo el mundo reciba lo mismo. Esta última afirmación del número dos del Ministerio de Trabajo cubano es demoledora.
Claro que yo, de los cubanos, no me haría excesivas ilusiones. El tirano en excedencia, que se resiste a abandonar el foco público, se ha despachado a gusto. Castro ha manifestado:
La corrupción y el desvío de recursos convierten a los que lo practican en defensores del libre mercado, a través del cual transforman el fruto de sus robos en mercancías
¿A que tipo de ladrones se referirá?, ¿ a qué tipo de criminales? Pues a maestros y médicos, que, tras prestar sus servicios al Estado, y ante la misérrima remuneración que perciben, deben buscarse la vida prestando sus servicios en el mercado ¿libre?
Ay Fidel, cuanto capitalista vivo y tu que viejo.
Vía | El Pais En El Blog Salmón | Las dos vacas y los sistemas económicos Imagen | Salim Virji