Seguro que todos hemos conocido el caso de alguna persona que ha forzado que le despidieran para poder cobrar indemnización en lugar de irse sin nada de una empresa en la que no se está cómodo. Además, si te vas de una empresa no puedes cobrar el paro, para eso tiene que haber un despido en medio. Hoy hemos visto un caso muy sonado de un despido buscado, ya que Schuster, el hasta hoy entrenador del Real Madrid, ha sido destituido. La razón, claro está, son los malos resultados del equipo, pero también ha pesado mucho unas declaraciones que hizo a la prensa el pasado domingo.
En dichas declaraciones, el ya ex-entrenador del Real Madrid dijo que era imposible ganar al Barcelona el próximo sábado. Parece que estaba ya harto, y en su contrato ponía que si le destituían podía cobrar la totalidad del importe de su contrato. Es decir, ante una situación en la que no estaba agusto, el contrato decía que si seguía cobraba X, y si le despedían cobraba también X pero no trabajaba. Económica y personalmente era normal que en una situación incómoda buscara que le despidieran.
Es decir, tener una alta indemnización por despido hace que ante una situación de incomodidad el trabajador busque las cosquillas a la empresa para que le eche. Hace que el trabajador trabaje mal, se queje, o incluso ponga en ridículo la imagen de la empresa, como ha hecho Schuster, para lograr una salida remunerada. Esto es un inconveniente muy grave para las empresas y, en este caso concreto, ha sido la propia empresa la que se lo ha buscado al firmar un contrato con una indemnización tan alta.
En otros casos es la propia legislación la que obliga a las empresas a pagar indemnizaciones altas, sobretodo según aumenta la antigüedad del trabajador. Esto aporta seguridad al trabajador, lo cual puede ser estimulante, pero también ocasiona problemas como los descritos anteriormente. Quizá lo que fuera necesario es una legislación que, manteniendo las indemnizaciones por despido improcedente, no premie a los trabajadores que fuerzan el despido. No puede ser que las empresas se descapitalicen por trabajadores que ya no quieren serlo y tampoco puede ser que la Seguridad Social cargue con personas que quieren estar una temporada sin trabajar.
Vía | El País
En Notas de fútbol | Bye bye, Schuster