Idas y vueltas con el copago sanitario: el modelo actual puede mejorar
Ayer la Ministra de Sanidad, Dolors Montserrat, aseguró en una entrevista en RNE que quería revisar el copago en medicamentos de los jubilados que ganaran entre 18.000 euros y 100.000 euros al año. Poco después el PSOE exigió explicaciones y se mostró contrario a esta reforma. Anoche la Ministra desmintió una subida del copago en su cuenta de Twitter.
El modelo de copago sanitario se modificó en 2012, ya que hasta esa fecha los pensionistas disponían de los medicamentos de forma gratuita. El modelo actual establece unos copagos según rentas. A los pensionistas que ganan menos de 18.000 euros al año les corresponde un copago del 10%, con un máximo mensual de 8 euros. A los que ganan entre 18.000 y 100.000 euros también les corresponde un copago del 10% pero con un tope de 18 euros al mes. Y los que ganan más de 100.000 euros tienen un copago del 60% con un máximo de 60 euros al mes.
Además, luego están los no pensionistas. Desde 2012 los trabajadores que ganen menos de 18.000 euros o que formen parte de familia numerosa pagan un 40% de los medicamentos. Los que ganen entre 18.000 euros y 100.000 euros un 50% y los que ganen más de 100.000 euros un 60%. Los enfermos crónicos pagan un 10% (con límites). Y los funcionarios que están en Muface pagan un 30%, aunque sean pensionistas.
Gasto de España en medicamentos
Viendo cómo es el modelo nos podemos preguntar cuánto gasta el Estado en medicamentos al año. En el informe del gasto farmacéutico en España del EAE Business School tenemos datos por países. España dedicó en 2014 un 1,02% del PIB a este capítulo, o lo que es lo mismo, un 11,19% del total del gasto sanitario.
Esta cifra es más reducida que la teníamos antes de 2012, cuando se modificó el sistema. Por ejemplo, en 2009 el gasto público en medicamentos era del 1,26% del PIB o un 14,06% del gasto sanitario total, y ahora es significativamente menor.
Claro que el gasto total farmacéutico está prácticamente plano (en términos de PIB) desde 2006. Es decir, hemos visto un desplazamiento del sector público al privado. Más copagos. Sin embargo si lo miramos desde el punto de vista del total del gasto sanitario sí que se ha visto una reducción, desde cerca del 19,64% del gasto hasta el 17,91%. Es decir, se ha contenido más el gasto en medicamentos que en otros ámbitos sanitarios.
Ayudas universales frente a ayudas específicas
En el debate sobre el modelo de copago estamos ante dos visiones de cómo deberían funcionar las subvenciones del Estado, Esto es algo más general que el copago y se puede aplicar a cualquier iniciativa pública. Hay quien apoya que las ayudas, subvenciones y prestaciones deben ser universales, ya que el acceso a ellas es entonces más fácil. Otros, en cambio, prefieren que este gasto sea más específico, es decir, intente apuntar a quien realmente lo necesita. Este enfrentamiento, por ejemplo, lo tenemos entre quienes defienden una renta básica universal y los que apoyan una renta de inserción.
El problema de las ayudas específicas es que hay gente que se puede quedar fuera. Si el Estado da dinero a quien tiene unas condiciones de vida concretas puede que algunos se queden fuera porque no se enteren o porque realizar el papeleo y demostrar su condición no es algo trivial. En cambio si la ayuda es universal no existen estos problemas, todo el mundo recibe el dinero, pero la medida sale más cara, mucho más cara.
En el caso del** copago sanitario no existe el problema** de los que se quedan fuera, ya que los datos son cruzados por las administraciones de forma automática. Por tanto los problemas de las ayudas específicas están resueltos, todo el mundo recibe lo que le corresponde.
El sistema actual puede mejorar
Hay quien piensa que no hay que tocar el modelo actual. De hecho también había quien pensaba que el modelo de antes de 2012 tampoco había que tocarlo. Pero lo cierto es que todavía tenemos un problema de déficit público y deuda, a pesar del crecimiento económico. El Estado debería intentar reducir el gasto superfluo. ¿Es el gasto en medicamentos un gasto superfluo? Puede que en algunos casos sí, eso es lo que hay que analizar. Lo cierto es que una reforma aquí sí que es significativa en términos de gasto público, cuando otras cosas de las que se mencionan cuando se debate sobre eliminar gasto superfluo (como sueldos de políticos o coches oficiales) no lo son (ojo, también hay que controlar este gasto, pero no es más que un gesto, no tiene repercusión).
En España tenemos una situación clara: los pensionistas crecen con fuerza y los trabajadores no. Y subvencionar medicamentos a los pensionistas va ser una partida que seguirá creciendo en las próximas décadas.
¿Estamos usando bien el dinero público o puede mejorarse? Mirando los datos se ven algunas injusticias. Por ejemplo, hay pensionistas que cobran más que los trabajadores y tienen mejores condiciones de copago. Es cierto que tienen más enfermedades por la edad, pero hay trabajadores que también y si no aquieren la condición de crónico harán frente a más copago que un pensionista.
¿Por qué tener un copago distinto dependiendo de si uno es pensionista o trabajador? ¿Por qué no hacer un copago universal dependiendo de la renta y patrimonio? Esto sería un sistema mucho más justo y lograríamos focalizar el dinero público donde realmente se necesita. No hay que olvidar el coste de la oportunidad, el dinero que no se gasta en algo se puede usar para otra cosa.
Imagen | rahego