En estas páginas hemos hablado mucho de la desigualdad en los puestos de trabajo, a todos los niveles, en puestos y en sueldos.
En principio, casi todos estamos de acuerdo (casi todos) en la teoría que cuando hay un puesto libre, no debería haber discriminación entre elegir a una mujer o a un hombre. También casi todos estamos de acuerdo (casi todos) en la teoría de que, independiente de que si hay una mujer o un hombre en un puesto, el sueldo percibido debe ser el mismo.
Donde si hay desacuerdo es sobre si hoy hay discriminación o no, ya que muchos piensan que ahora no lo hay y que las diferencias que vemos están relacionados con la transición de donde venimos a donde debemos estar. Este desacuerdo lo vemos en muchos de los comentarios que recibimos cuando escribimos sobre estos temas.
Por mi parte no entiendo que las empresas necesiten un tiempo de transición para pagar a las mujeres igual que a los hombres en puestos similares. Los jefes sólo tienen que llamar a contabilidad y ordenar el cambio. Después de esa llamada, no habría discriminación salarial desde el siguiente sueldo.
Otra diferencia que vemos es que, si hay desigualdades, cuáles son las mejores formas de conseguir la igualdad. Muchos piensan que los cambios deben ser voluntarios y que el gobierno no debe entrar a legislar estos temas.
Algunos pensamos que el mercado ya ha tenido suficiente tiempo (cien años) para eliminar las desigualdades y no lo han hecho. Es decir, la forma voluntaria no funciona y, por lo tanto, como discriminación de todo tipo es inaceptable, el gobierno debe entrar y legislarlo y, asegurar que la legislación tiene dientes con multas importantes para los que no cumplen o los que no pueden demostrar un camino claro para el necesario cumplimiento.
Otra diferencia es que algunos no se creen los numerosos estudios que salen, y salen muchos, y todos están en la misma dirección, que todavía existe la discriminación.
El estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) confirma que este problema todavía existe en muchos países.
Ahora vemos un estudio de la consultora, Alta Gestión, que nos dice que el 68% se muestra indiferente de si su jefe es hombre o mujer.
El problema con estos resultados es que todavía vemos el 32% admitiendo que no es indiferente, y estos son los que lo admiten.
Como vemos, el problema no se ve sólo en los órganos de poder. También muchos trabajadores normal sufre con la igualdad, es decir, siente discriminación.
Empresas tienen un trabajo aquí de formación para que no haya discriminación en todos los niveles.
Vía | Nota de Prensa de Alta Gestión En El Blog Salmón | La tasa de empleo femenino sigue baja en Europa y La discriminación laboral sigue