Los domingos son un buen día para reflexionar sobre lo que ha ocurrido en la semana, y para ello ha surgido esta sección, el tema de la semana, para hacer lo propio sobre lo más destacado que hemos vivido en el ámbito económico.
El tema de esta semana lleva tiempo siendo objeto comentarios y especulaciones de todo tipo, la reforma laboral, que ha presentado el gobierno este viernes pasado, que ha resultado ser decepcionante para muchos, con nuevas medidas que siguen la línea marcada en reformas anteriores.
El Consejo de Ministros presentó el pasado viernes las directrices de la reforma laboral, que ya han sido publicadas en el BOE, lo que hace que algunas de las medidas estén en vigor en el momento en que estamos leyendo estas líneas.
Entre las medidas que se han puesto en marcha, una de la que más controversia a generado es la que generaliza el abaratamiento del despido, profundizando en la línea abierta por el anterior gobierno, que ha venido dando resultados que son conocidos por todos, y que afecta tanto a los nuevos contratos como a los ya en vigor.
Se esperaban novedades en el tema de la contratación, se especulaba con un contrato único que simplificase el amplio espectro existente, en su lugar han aparecido toda una suerte de nuevos modelos de contrato, incentivos fiscales y toda una suerte de medidas que lejos de simplificar, enmarañan más las opciones disponibles para la contratación.
Se introducen medidas que afectan a la flexibilidad interna en las empresas, que abren vías para aumentar la precariedad de la situación de los trabajadores, y también se incluyen medidas que afectan a la negociación colectiva, que pueden resultar beneficiosas para las empresas de menor tamaño.
Desde luego esto dará que hablar en los próximos meses. Y es que parece que estas medidas han decepcionado a propios y extraños, introduciendo más complicaciones en lugar de simplificar, facilitando aún más el despido y abriendo la mano a la reducción de salarios. esperemos que estas medidas sirvan para inspirar confianza a los mercados, porque, lo que es a los trabajadores en activo sólo les inspira miedo e incertidumbre sobre su futuro.