Después que pase la pandemia de coronavirus en España se vivirá una situación diferente de la que se ha vivido estos últimos años y, por tanto, vuelve a la mente del Gobierno español, potenciada por Unidas Podemos, el debate de la renta básica.
La idea que se plantea desde el Gobierno de coalición es realizar un ingreso mínimo vital o renta mínima de emergencia, ya que muchos de los ciudadanos españoles van a necesitar una renta básica para poder gastar en lo básico de su hogar.
Es el momento de sacar de nuevo el debate de la renta básica
El planteamiento de la renta básica es un histórico caballo de batalla de muchos gobiernos españoles, pero el único que ha conseguido llevarlo a cabo con éxito ha sido el Gobierno del País Vasco.
Por otra parte, el exministro de economía De Guindos y actual Vicepresidente del Banco Central Europeo, ya ha declarado públicamente que es partidario de una renta básica de emergencia y que sea transitoria en el tiempo.
Unidas Podemos tiene en mente establecer un ingreso mínimo vital de 600 euros, y va en consonancia del programa electoral del PSOE, que también lo llevaba entre sus consignas.
La idea de la renta básica no es una nueva ni es la primera vez que se plantea, pero sí es posiblemente el momento en el que sea más necesario para los ciudadanos de España.
¿Qué es mejor una renta básica o una renta básica universal?
La renta básica hace referencia a diferentes conceptos, si entendemos renta básica a nivel universal como dar una cierta cantidad de euros a todo el mundo sin distinguir su nivel económico y, por tanto, no se tiene en cuenta si es rico o pobre o si tiene trabajo o no tiene trabajo.
Los partidarios de la fórmula de renta básica universal proponen que se financie a través del impuesto de la renta y, por tanto, desde allí se encontraría una compensación para que pueda ser viable.
Otra manera de garantizar esta renta básica sería aplicarla en ciertos colectivos, pero estableciendo muy bien quién la necesita y quién no la va a necesitar, quién la necesita más o quién la necesita menos, si valorar que coste económica puede suponer para las arcas estatales, sin tener en cuenta la carga administrativa para gestionarla.
La ventaja de la renta básica universal a todo los ciudadanos españoles es que va a llegar de forma inmediata a aquellos colectivos que lo necesiten de verdad, y se podrá recuperar con algún impuesto.
El problema de aplicar la renta básica universal es que el desembolso de dinero por parte del Estado puede ser que no se puede asumir, ya que será una gran cantidad de dinero para poder inundar de liquidez a los ciudadanos.
Claramente existen medidas intermedias que pueden ser más sostenibles en el tiempo. Esta renta básica se puede destinar a los ciudadanos que se sepa que están por debajo de un nivel de renta, a través de la declaración de la renta, o aquellas personas que han perdido su trabajo.
Debemos tener claro que hay necesidad de la renta básica y se pueden conseguir los recursos necesarios para garantizar este tipo de ingreso mínimo a todo los ciudadanos españoles, y no tiene mucho sentido tener ciudadanos sin recursos causada por la pandemia de coronavirus.
La renta básica es posible y así lo ha demostrado el País Vasco
Existen detractores de la renta básica, ya que consideran que será una inestabilidad presupuestaria para las arcas estatales y la renta básica es un desincentivo que supone la búsqueda de empleo. Dos problemas que según la experiencia en el País Vasco no son reales.
El Gobierno del País Vasco ha sido pionero de todas las Comunidades Autónomas en España en crear una 'Renta de Garantía de Ingresos' (RGI). El RGI se constituyó en el año 1989 y consiste en una prestación económica mensual para atender las necesidades básicas de las personas o familiar que no disponen de recursos suficientes y que les ayuda a encontrar una salida laboral, y claramente no es una renta básica universal, sino para aquellos colectivos que lo necesitan.
Durante el 2017, el País Vasco presupuestó un importe de 491 millones de euros destinados a un partida para financiar este tipo de ayudas, que corresponde a más del 90 por ciento de la partida presupuestaria, además de la prestación complementaria de vivienda.
Además de la sostenibilidad presupuestaria, la otra duda que genera en los economistas la implementación de algún tipo de renta básica es el desincentivo que representa para la búsqueda de empleo de los parados.
La experiencia del Gobierno Vasco es que no tiene por qué ser un riesgo moral, ya que según el estudio de 'Evaluación del Impacto de un Régimen de Renta Mínima en el País Vasco' es que la RGI reduce la pobreza y promueve la cohesión social. En las conclusiones del estudio establece que no retrasa la salida del desempleo.
La RGI tiene este efecto, ya que la ayuda está destinada a las familias, sea de uno o de varias personas, con los requisitos de que el receptor esté empadronado durante los 3 últimos años de manera interrumpida en el País Vasco, que tenga más de 23 años, ser demandante de empleo y tiene ingresos inferiores a la RGI.
En el caso de tener ingresos inferiores a la RGI, la ayuda es la diferencia entre los ingresos y la renta que le corresponde, que se basa en un umbral de pobreza relativa calculada por el Gobierno Vasco.
Para las personas que están trabajando se les impone el requisito de que no tengan una reducción de jornada voluntaria. La renta estaría entre los 650 y 959 euros mensuales, en función del número de miembros de la familia.
La Renta de Garantía de Ingresos (RGI) tiene alrededor de 60.000 perceptores mensualmente, de los que en un 60 por ciento de los perceptores son personas que están en situación del paro. El resto de los perceptores son pensionistas, trabajadores con salarios bajos o personas que están fuera de la población activa.
La renta básica no reduce la probabilidad de encontrar un trabajo. Aunque el efecto de retraso no deseado en la salida hacia un trabajo se observa entre los menores jóvenes y con menor formación, mientras que se acelera la reincorporación entre los mayores de 45 años, ya que tienen más responsabilidades familiares.
La ayuda está condicionada a las directrices del consejo Europeo para políticas de empleo, ya que los receptores de la ayuda tienen exigencias como aceptar ofertas de trabajo cuando le llegan. Esto evita que la ayuda sea pasiva y desincentive o disminuya el empleo de las personas que la reciben.
También se debe considerar la importancia de trabajar con recibir parte de la renta hasta alcanzar el umbral de pobreza relativa. La ayuda está complementada con programas de orientación y formación, aunque solo sea para el 40 por ciento de los perceptores de la ayuda.
En el primer caso, aumenta un 20 por ciento la posibilidad de encontrar trabajo. En el segundo, la mejoría aumenta hasta alcanzar el 100 por cien. Así, se puede decir que cuando se aplican las ayudas de las rentas básicas a los perceptores de la RGI existe gran probabilidad de encontrar un empleo.
Por otra parte, todo esto se puede financiar porque el País Vasco está recibiendo más dinero de lo que está aportando pese a ser la segunda comunidad autónoma con mayor renta per cápita de España. Esta situación no solo se va a mantener, sino que va aumentar con la nueva 'Ley de Cupo' para 2017-2021.
En El Blog Salmón | La renta mínima es posible, o al menos eso cree Urkullu
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