Se vuelve a abrir el debate de las retribuciones en variable. Esta semana dos noticias al respecto; tanto las primas de los jugadores del Real Madrid, que recibiran un millón de euros por ganar los campeonatos en los que juegan como la congelación de las aportaciones al plan de pensiones e Francisco González, del BBVA en 79 millones de euros.
En ambos casos, se discute la cantidad, no el transfondo y nos volvemos a equivocar de debate. O estamos a favor de las retribuciones en variable y de este sistema retributivo o no lo estamos y es preferible erradicarlo. Un ejemplo de ficción que podría ser muy real. Dueño de bar que le da 50 euros a un camarero una día que ha conseguido hacer un record de ventas.
Le retribuye en variable con el 100% de su sueldo diario (a tanto alzado) y nadie critica ni al dueño del bar ni al camarero. Bueno, quizá el camarero si reciba críticas por pelota, por esforzarse demasiado para el negrero de su jefe o simplemente por intentar realizar lo mejor que sabe su trabajo.
Por contra, la prima de 1 millón de euros por jugador del Real Madrid por ganar los títulos en los que juegan, si es criticable y al personal de a pie le parece indecente. Claro está que a Ronaldo y compañía, primarlos con 50 euros o tomarse una cañita después de ganar la Copa de Europa, les puede parecer quizá ridículo. Más aún cuando un equipo que gana la Champions recibe mucho más que todo eso.
O incluso les parece mal que el presidente del BBVA haya congelado las aportaciones a su plan de jubilación en 79 millones de euros. Cuando lo que realmente ha pasado ha sido que se ha castigado al presidente para no empeorar más la imagen pública del banco, después de los resultados obtenidos y la presión mediática e hipócrita con la pensión de Goirigolzarri.
Si se critican las primas del Real Madrid, las aportaciones extraordinarias de ejecutivos y demás, también se tiene que criticar la prima al camarero, al camionero que llega pronto a su destino o al currante de a pie que se esfuerza por la empresa para conseguir un extra adicional. No obstante, yo tengo una tesis sobre el origen de las críticas:
El corazón apacible es vida de la carne; mas la envidia es carcoma de los huesos” (Proverbios 14:30).
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