En 2013 el Gobierno aprobó un nuevo método de cálculo de revalorización de las pensiones que tenía en cuenta los ingresos y los gastos de la Seguridad Social. El objetivo, que es muy bueno, es que haya un ajuste del Presupuesto para que sean sostenible. Sin embargo esto se hizo sin aplicar cambios profundos en los ingresos, con lo que el índice tenderá a ser muy bajo.
Para evitar tasas negativas el Gobierno fijó un mínimo de la revalorización del 0,25%. Esto les permitía poder decir "este año hemos subido las pensiones" sin que realmente subieran mucho y con el tiempo los gastos se redujeran en términos reales.
El problema es que ahora mismo la inflación es muy baja. Tan baja hoy por hoy que a pesar de la tímida subida del 0,25% las pensiones han ganado poder adquisitivo. Y el problema de fondo es que la situación de inflación baja puede prolongarse en el tiempo, ya que la estrategia de España para salir de la crisis es una devaluación interna.
¿Puede que el Gobierno haya hecho un error de cálculo y el 0,25% es demasiado alto para ajustar el Presupuesto de la Seguridad Social tal y como quería el Gobierno? Es posible, aunque es una reforma a largo plazo y no podemos asegurar que la inflación vaya a ser muy baja todos los años. Lo que está claro es que no han tenido en cuenta todos los escenarios a la hora de reformar la revalorización de la Seguridad Social y ante una crisis al estilo Japón (baja inflación durante dos décadas) esta reforma no cumplirá con su cometido.
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