Hace unos días conversaba con un ex profesor universitario reconvertido a empresario sobre la importancia de las políticas de formación en las empresas. Este señor me comentaba que tras una década gestionando una pyme con una veintena de trabajadores a su cargo, tenía la sensación de que estos se habían estancado profesionalmente y que habían perdido la ilusión y las ganas de trabajar.
En la charla salió a relucir la importancia de que las empresas formen continuamente a sus empleados para que estos se adapten con facilidad a un entorno inestable y cambiante, y llegamos a la conclusión de que en la mayoría de pymes españolas las políticas de formación se han visto relegadas a un preocupante segundo plano. En mi opinión, considero que las consecuencias de este forma de proceder en las organizaciones empresariales son básicamente dos: por un lado, la aparición en los empleados de problemas derivados de una mala salud laboral, entendiendo esta no sólo como la ausencia de enfermedades, sino más bien como un estado de completo bienestar físico, mental y social que permite a los empleados sentirse bien con el papel que desempeñan en la empresa.
Por otra parte, la ausencia de formación interna ocasiona mermas en la productividad, ya que los trabajadores desarrollan su labor por inercia ignorando que quizás existan formas alternativas de trabajar más eficientes e interesantes y mucho más productivas.
En este sentido, es posible que el hecho de que gran parte de los gestores de pymes en nuestro país carezcan de formación específica para la posición que ocupan trae consigo que estos se muevan más por impulsos y experiencia propia que por una cualificación técnica concreta.
En este contexto, resulta complicado que estos gestores valoren los efectos positivos de un buen programa de formación en sus empresas, condenando de esta forma tanto a sus empleados, que en unos años se quedan obsoletos profesionalmente hablando, como a su propia organización, que desaprovecha las oportunidades de crecimiento derivadas de gozar de una plantilla de trabajadores involucrados con la empresa y bien formados.
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