En una lista de preguntas y respuestas sobre la nueva Ley Antitabaco salió la siguiente:
Pregunta: ¿Pueden preguntarme si fumo en una entrevista de trabajo? Respuesta: Condicionar una contratación por ser o no ser fumador sería contrario a los derechos fundamentales de la Constitución. Vulneraría el derecho a la intimidad y al trabajo. Lo que haga el empleado en su vida privada no es asunto del empresario mientras no afecte a su trabajo, si bien éste puede advertir en la oferta y en el contrato que está prohibido fumar en el trabajo.
La respuesta es tajante y deja claro que hay información sobre la persona a quién están entrevistando que una empresa no está permitida averiguar. Hay un límite a lo que una empresa está permitida preguntar a un posible empleado, su situación personal, su salud, sus actividades, etc., algunas de las cuales pueden impactar en la rentabilidad de la persona en su trabajo y en lo que esa persona puede costar a la empresa.
Está claro que un fumador toma más tiempo fuera del trabajo para fumar. Las empresas están en estos momentos evaluando los minutos semanales que pierden sus fumadores y cómo hacer para que los hábitos personales de sus trabajadores no impacten negativamente en su productividad. Por otra parte, los fumadores toman más días de baja, necesitan más ayuda médica e impactarán más en los gastos de seguro médico que pagan las empresas.
El estado de salud del empleado impacta no solo en estos gastos adicionales y en su productividad sino, también, en el valor para la empresa de cualquier inversión efectuada por la empresa para la mejora del trabajador. ¿No interesa a una empresa esta información para saber cómo van a ser impactados sus gastos de personal y sus inversiones?
¿No es esto igual que las empresas de seguros médicos preguntándonos si tenemos alguna enfermedad para ver si conceden el seguro y para fijar su precio o las que van a asegurar mi coche preguntándome cuántos accidentes he sufrido?
Estamos en una situación en el cual hay que encontrar un equilibrio entre la confidencialidad y los derechos a privacidad de los trabajadores y, por otra parte, los legítimos intereses de la empresa de actuar para minimizar sus gastos y para proteger su situación.
No es legal preguntar pero siempre se puede ofrecer un cigarrillo al entrevistado durante la entrevista.
Vía | 20minutos En El Blog Salmón | Hay empresas que creen en la vida privada de sus trabajadores