La reforma de los planes de pensiones ha conseguido destruir los mismos, ya que se han desvirtuado completamente de su propósito original, tener unos fondos que complementen a la pensión de jubilación una vez esta haya llegado. Lo que queda ahora no son planes de pensiones, sino un instrumento de ahorro, una especie de fondo de inversión a plazo con un incentivo fiscal.
Los planes de pensiones pierden pues, su naturaleza, quedando la legislación española sin un producto específico destinado a financiar la jubilación de los ahorradores. Es cierto que los planes de pensiones tenían muchas desventajas como productos de inversión (que os cuenta mi compañero en su libro), pero también es cierto que tenían ciertas ventajas que no ofrecía ningún otro producto financiero.
Es cierto que los planes de pensiones eran ilíquidos, pero esta falta de liquidez hasta cumplir los 65 les permitía forzar a muchas personas que de otro modo no hubieran sido capaces de mantener el dinero invertido hasta su jubilación. Para personas con fuerza de voluntad, este tipo de iliquidez es perjudicial, para personas con menos fuerza de voluntad es un quemar las naves financiero que les impedía rescatar el dinero.
La reforma de los planes de pensiones
La reforma de los planes de pensiones básicamente dice que las cantidades que antes no se podían rescatar hasta los 65 años, se pueden rescatar a los diez años, a partir de 2025. Es decir, en 2025 podremos recuperar lo que hemos ido aportando al mismo y sus beneficios en 2015 o antes sin que eso nos suponga un problema. También fija máximos en las comisiones de los mismos.
¿Por qué se hace este tipo de reforma ahora? La verdad es que el gobierno afirma que es porque es necesario hacer este tipo de productos más atractivos a los jóvenes, de modo que ahorren más y tengan más dinero el día de su jubilación. En realidad, esta reforma se llevaba planteando tiempo ya que los planes de pensiones estaban estancados. Hay noticias al respecto en 2008 y 2011, y hace un año, en 2017 se veía que tanto en patrimonio como en partícipes, los planes de pensiones estaban atascados.
Además, hay que decir que los planes de pensiones tenían un fuerte problema de rentabilidad, puesto que estos estaban por debajo de la media. Es que incluso la deuda pública española estaba ofreciendo una rentabilidad mejor que la de los planes de pensiones. Y es que el contratante habitual de un plan de pensiones no se fijaba (habitualmente) en la rentabilidad (sólo decía, “que sea seguro”) y tampoco se fijaba en las comisiones del mismo. De hecho, algún “cuñado” pensaba que con aportar 30 euros al mes a cualquier plan de pensiones ya cumplía (y en 2016 el patrimonio medio por partícipe era algo menos de 11.000€, por lo que mi “cuñado” imaginario tampoco es que parezca muy descaminado de la realidad).
La pregunta es ¿qué se podría haber hecho para fomentar los planes de pensiones?
La reforma que debería haberse hecho
En mi opinión, el modo en el que se plantearon los planes de pensiones era incorrecto, ya que el funcionamiento se parecía demasiado a un fondo de inversión en el que no se podía sacar el dinero hasta que este se daba la jubilación o uno de los supuestos. Cro que deberían de haber sido similares a una cuenta de ahorro/o de valores en la que no se pudiera retirar el dinero hasta la jubilación y mientras tanto y desde la misma se pudieran contratar productos financieros, ya sean depósitos, bonos, acciones o fondos.
Además los límites de las aportaciones eran bastante altos, tras la última reforma se redujeron a 8000 euros anuales, pero aun así me parece demasiado. Deberían de haber sido una cantidad más limitada, puesto que cantidades tan altas, en mi opinión servían especialmente para que las rentas medias altas y altas se dedujeran impuestos. Por ejemplo, en las cuentas IRA en EEUU, el límite para 2017 y 2018 es bastante menor a pesar de ser un país más rico: 6.500 dólares anuales. Creo que un límite de 3000 o 4000 euros hubiera sido suficiente.
Adicionalmente, uno de los motivos por los que los que no se invertía en Planes de Pensiones por parte de los jóvenes es por la falta de liquidez. Cuando uno es joven se enfrenta a muchos gastos, como la compra de la primera vivienda, para la que se prefiere ahorrar (puesto que se ve muy cerca el momento, mientras que se ve muy lejos el momento de jubilarse).
Para mí, una posibilidad de evitar esto, es que se pudiera pedir prestado dinero a nuestro propio plan de pensiones (o cuenta de jubilación), para la compra de la primera vivienda (pagando intereses de mercado a nuestro yo futuro). Una reforma de este tipo haría estos productos mucho más atractivos, puesto que se vería como un modo de que se pudiera facilitar la inversión en vivienda en el futuro.
Desafortunadamente, por lo que se ha optado es por un tipo de reforma que ni los convierte en un producto de jubilación ni los vuelve verdaderamente líquidos, dejándolos en un limbo. Eso sí, las finanzas del estado se verán beneficiadas a partir de 2025 cuando los ahorradores empiecen a rescatar sus planes de pensiones anticipadamente (más de ocho millones, calcula el gobierno).
Pregunta a los lectores ¿cómo creen que se deberían de haber reformado los planes de pensiones?
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