Las pobres hermanas Hilton, Nikki y Paris, acaban de recibir un golpe financiero de su abuelo, Barron Hilton.
Parece que al abuelo no le ha gustado todas las experiencias que sus nietas han vivido en público y que, como resultado, dice que han manchado el nombre honorable de Hilton. El abuelo lo ha estado amenazando desde hace tiempo y ha visto que las niñas no le tomaban en serio.
Con sus €1.600 millones, ha decidido seguir los pasos de su padre, Conrad Hilton, que estableció su fundación Fundación Conrad N. Hilton, para depositar el 97% de su herencia a su muerte.
Primero, me parece muy bien que las hermanas tengan que encontrarse su vida solitas aunque, con el nombre que tienen y con la fama que arrastran, no les será muy difícil hacerlo, eso si, con aproximadamente €60 millones menos cada una, que es lo que les tocaba.
La lotería genética, que es haber nacido en familia rica, no tiene por qué continuarse y los padres deberían pensar qué clase de ciudadanos dejan cuando deciden darles a sus hijos todo lo que tienen sin haber hecho nada para merecerlo.
No obstante, Nikki Hilton debería estar muy molesta con su hermana, ya que no ha llegado a las alturas publicitarias de la Paris y ha perdido sus millones igual. ¡Un poquito injusto, abuelo!
Por otra parte, suena muy bien eso de donar casi todo a una fundación como hizo su padre, pero Barron Hilton se ha olvidado que, aparte de su fundación, se quedó con muchos millones en mano que eran muchas acciones en una cadena de hoteles con presencia mundial, por cierto, después de haber cuestionado en los tribunales el testamento de su padre.
Sus €1.600 millones no han sido todos creados sólo por su esfuerzo.
Vía | Informativos Telecinco