Como mencioné ayer en estas páginas, el actual Presidente de Banco Central Europeo (ECB), Jean-Claude Trichet, está a punto de retirarse de su puesto y parecía que había acuerdo europeo en la nominación del actual Gobernador del Banco de Italia, Mario Draghi, para reemplazarle, ya comentado en estas páginas.
El Sr. Trichet está protagonizando unas escenas curiosas pero típicamente francesas relacionadas con su relevo. El problema ahora es que los franceses se han dado cuenta que, con la retirada de su ciudadano como Presidente y su reemplazo por un ciudadano italiano, resulta que ninguno de los miembros del Consejo Ejecutivo de la ECB, el máximo órgano decisorio, será ciudadano francés. Esa situación no les hace ninguna gracia y, si añades el dato de que otro de los miembros del Consejo también es italiano haciendo que dos de los seis miembros son italianos y ninguno francés, estos datos son aún más irritantes para el Presidente de Francia, Nicolás Sarkozy.
Hace tiempo hablé en estas páginas de la posición dominante de los ciudadanos franceses con su liderazgo en las organizaciones multilaterales, y dije lo siguiente:
En el Fondo Monetario Internacional (FMI), tienen Dominique Strauss-Kahn, en el Banco Central Europeo (BCE), tienen Jean-Claude Trichet y en la Organización Mundial del Comercio (OMC), tienen Pascal Lamy.
Ahora vemos que el primero ha dimitido y están intentando desesperadamente reemplazarlo con una candidata francesa, aunque los países en desarrollo siguen presionando para abrir el proceso de selección, el segundo se va y el tercero lidera una organización del que nadie habla y del que nadie hace caso, el comercio internacional. Por ahora todavía les queda el puesto de economista en jefe del FMI pero la lista está cada vez más corta.
Los miembros del Consejo del BCE son supuestamente independientes y sus decisiones no son o mejor dicho, no deben ser influidas por la ciudadanía de sus miembros, ya que deben tomar decisiones siguiendo las directrices de la constitución de la ECB y pensando exclusivamente en Europa. Por lo tanto, no debe influir que no haya miembro francés o que haya dos miembros italianos, aunque díselo al Presidente Sarkozy que como buen líder francés siempre quiere que los suyos lideren las organizaciones internacionales. Su agresiva campaña para reemplazar al anterior Secretario General del Fondo Monetario Internacioinal, y ciudadano francés, con otro candidato francés es parte normal de lo que vemos en estos casos.
El problema es que, para mantener su independiencia, los miembros del Consejo de la ECB son elegidos por periodos de ocho años y al Sr. Lorenzo Bini Smaghi, el otro ciudadano italiano, no le toca marcharse todavía. Francia, que no le gusta perder, está amenazando con no apoyar al Sr. Draghi.
Como el Sr. Trichet quiere mantener por lo menos la apariencia de independencia de los Miembros del Consejo ha resistido esta intromisión francesa y será interesante ver qué pasa. No debemos esperar que resista mucho ya que al Sr. Trichet tampoco le conviene ser muy duro ahora que vuelve a París y queriendo que sigan contando con el en los despachos del poder.
Europa siendo Europa, llegarán a un acuerdo privado y algunas semanas después de que el Sr. Draghi tome su puesto, al Sr. Bini Smaghi le ofreceran el puesto de Gobernador del Banco de Italia, que está en juego, u otro puesto bonito y renunciará su puesto en la ECB. ¿Sorprenderá a alguien que veremos a un ciudadano francés nominado para reemplazarle?
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