El Ministro de Industria, Miguel Sebastián, ha animado hoy a los españoles a que consumamos productos nacionales en lugar de importados para así evitar la destrucción de puestos de trabajo. Así, animó a la gente a que disfrute de sus vacaciones por España, compre periódicos nacionales o incluso que se compren productos confeccionados aquí en lugar de en el extranjero. Y además añadió que lo que dice no es una medida proteccionista.
Algo de proteccionista tiene la medida, aunque no se han puesto aranceles o ni se obliga por ley consumir productos nacionales. Pero las palabras intentan salvar una situación que no tiene salvación. Pretender que los consumidores miren la fabricación en lugar del precio y/o la calidad de los productos es bastante ingenuo. Si nuestros productos no son competitivos, y no lo son de acuerdo con el déficit comercial que tenemos, el Gobierno debe incentivar la creación de empresas competitivas en nuestro país, en lugar de pedir a los ciudadanos que subvencionemos empresas que no lo son.
Vivimos en un mercado bastante libre, donde dentro de la UE no hay aranceles y es una cosa que nos vino muy bien cuando eramos un país productor con mano de obra barata. Ahora ya no lo somos y se quiere intentar frenar la entrada de otros productos, para mantener puestos de trabajo poco productivos. Es cierto que es duro, pues las reconversiones lo son, pero es completamente irreal pensar que podemos seguir compitiendo simplemente con una marca “Made in Spain”.
¿Qué se puede hacer, en lugar de estas llamadas al patriotismo consumidor? Pues potenciar la calidad. Ya no somos un país barato, ni de precios ni de mano de obra. Si no producimos barato, tenemos que centrarnos en la calidad. No podemos producir productos textiles tan baratos como en China, pero sí podemos intentar hacerlos de mejor calidad y atacar dicho mercado. Tampoco vamos a seguir siendo indefinidamente el destino barato de vacaciones de Europa y por tanto hay que apostar por la calidad de nuestros destinos turísticos. Y sobre los periódicos mejor ni hablar. Ahí poco se puede hacer. No es únicamente consecuencia de la crisis, sino de que Internet ha revolucionado el medio. Por muchas llamadas a que compremos periódicos nacionales, están destinados a desaparecer, al menos tal y como son ahora.
Vía | El País, El Economista
Imagen | Jorge Correa