La sentencia de un tribunal de Sevilla, realizada por el juez Pedro Márques, obliga a Abengoa a la devolución de la deuda reclamada por un grupo de acreedores, formados por bonistas.
Estos bonistas lo que han conseguido con la sentencia es la impugnación del plan de salvamento de la empresa. Esto ha llevado de nuevo a Abengoa a una situación crítica, un sitio que seguramente no ha llegado a salir nunca.
Nos podemos preguntar: ¿Qué alternativas tiene Abengoa para sobrellevar el revés judicial?
Deloitte confirma la incertidumbre de la empresa
Abengoa estaba intentando dar una imagen de mejora con algunos contratos, se encuentra con que tiene que pagar 100 millones de euros, de los que Abengoa reconoce 72 millones de euros, de forma inmediata. Esta cantidad podría aumentar hasta los 216 millones de euros se se ejecutan varios avales que tienen comprometidos Abengoa con varias empresas.
Deloitte, su auditora, ve como se acerca a un gran precipicio, ha confirmado una gran incertidumbre en su continuidad. La empresa no tiene liquidez y su patrimonio es negativo al cierre del primer semestre del 2017.
Esto ha afectado mucho a la navegación de la empresa, llevándola a la derivada, y seguramente se vea abocado a volver al concursos de acreedores. Abengoa ha estado tratando de evitar desde que presentó el pre-concurso de acreedores a finales del 2015.
Atlántica, la primera alternativa del revés judicial
La impugnación contra el plan de reestructuración de la empresa, a nivel financiero y societario, que apoyaron el 94 por ciento de sus acreedores, el cual representaba una quita del 97 por ciento y aplazamiento de pagos durante 7 años, ha sido un gran revés para los planes de Abengoa.
Abengoa además de pedir al juez una aclaración, ha tratado de negociar con los bonistas que han impugnado el acuerdo de aplazamiento del pago, pero sin llegar a ningún entendimiento. A estos bonistas le ampara el derecho de restitución de sus inversiones y no quieren ceder.
En consecuencia, Abengoa está al borde del colapso y solo un milagro podría llegar a salvarla. Pero Abengoa está acostumbrada a vivir con el agua al cuello e intentarán buscar varias alternativas a este nuevo revés.
Una de las posibles soluciones pasaría por desinvertir activos que ya tienen puestos a la venta, pero de los que no consiguen venderlos. Entre ellos está Atlántica, sobre la que están pendientes de la concesiones de algunas autorizaciones.
Atlántica cotiza en la bolsa de Nueva York y en tiene en torno del 41,50 por ciento. El precio de estas acciones ronda entre los 700 y 800 millones de euros. Dicha cantidad de dinero iría destinada al pago de la deuda asociado al proceso de reestructuración. Este dinero también le permitiría salvar el revés judicial y el pago inmediato a los bonistas. Aunque la situación está complicada.
Hay otras alternativas pero no acaban de cerrarse por su complejidad
Tampoco se han podido colocar en el mercado la planta de cogeneración que están terminado en México, prevista su finalización para el 2018, y cuyo precio se ha estimado en alrededor de unos 500 millones de euros, ni la planta de bioetanol, por 140 millones de euros.
También no se han podido colocar las líneas de electricidad de Brasil y los activos que posee en Ghana y Argelia. Este tipo de operaciones entrañan dificultades para cerrarlas y que se pueden encontrar con reclamaciones de los acreedores. Esta es una de las claves de que no haya podido prosperar estas operaciones.
Por otra parte, las entidades bancarias que negociaron el plan de reestructuración han realizado un nuevo esfuerzo en el que se han unido los fondos de inversión que entraron en el capital de la empresa tras esa reestructuración.
Existe gran probabilidad que se pueda dar el proceso dominio, donde muchos otros acreedores también quieran reclamar ahora, tras la sentencia del juez y que exijan los importes adeudados.
En El Blog Salmón | Y la solución a la crisis de Abengoa es la banca y los fondos de inversión
Imagen | Abengoa