La banca es uno de los sectores que a día de hoy aún se encuentra en proceso de reestructuración. Esto lo podemos ver con la evolución del número de oficinas establecidas en España o bien con otro dato vinculado, el ajuste de plantilla.
Los excesos del boom crediticio al calor de la burbuja inmobiliaria llevaron a una gran expansión de la red comercial bancaria y en consecuencia, unos empleos en la banca claramente vinculados al gran apalancamiento.
Durante los años en los que el sector de la construcción se ha reajustado y el sector privado ha procedido a una mejora de sus niveles de apalancamiento, también lo ha hecho la banca.
La destrucción de empleo en la banca
Durante estos años de reestructuración del sector se ha cerrado un total de 17.019 oficinas bancarias y se han eliminado 82.285 empleos, lo que supone el 30% de sus plantillas. Otra manera de verlo es que entre 2009 y 2016 se suprimían seis oficinas y 28 puestos de trabajo de media diaria.
En el año 2016 se siguió destruyendo empleo en la banca, en concreto 9.565 empleos debido a que se cerraron un total de 2.279 oficinas bancarias. Estos datos son impactantes pues la cifra de empleo destruido es casi el doble de los 5.096 puestos de trabajo eliminados en 2015.
Si en el año 2008 existían 45.662 oficinas bancarios, a cierre de 2016 sólo quedaban 28.741 oficinas. Asimismo, en relación a los puestos de trabajo, la cifra ha pasado de 268.959 hasta 186.674 puestos de trabajo.
Con los datos que ofrece el BCE, hasta el año 2015 muestran que si en el año 2005 nos encontramos con 0,95 oficinas bancarias por cada 1.000 habitantes, transcurridos 10 años está ratio es de 0,65 oficinas por cada 1.000 habitantes.
Lo más interesante de estos datos es que en el año 2015 -últimos datos disponibles- España ocupa el primer puesto del ranking en la ratio de oficinas por habitante en la Unión Europea, lo que nos indicaría que aún queda un proceso de ajuste en la banca.
El último coletazo de la reestructuración... El Banco Popular
Los despidos en la banca no se detendrán pues hay que tener en cuenta que en la banca seguirán habiendo despidos y también veremos despidos masivos en el Banco Popular, tras la integración en el grupo Santander, con el objetivo de evitar el solapamiento de sucursales próximos y la mejora de los servicios centrales.
Hasta la fecha, no tenemos cifras sobre los posibles despidos en el Banco Popular. Sin embargo, se espera que al finalizar el año se pueda ofrecer una cifra del ajuste total. Desde los sindicatos ya se hacen estimaciones sobre cuál sería el posible ajuste en el Banco Popular. Por un lado, se calcula que 2.500 trabajadores saldrían de los servicios centrales y 2.500 adicionales de la red de oficinas.
Recordemos que el Banco Popular asume una cifra ligeramente superior a los 10.000 empleados, por lo tanto nos encontraríamos ante el despido de la mitad de la plantilla de la entidad rescatada por el sistema bail-in.
Tanto el Banco Santander como el Banco Popular vienen de intensos EREs (expediente de regularización de empleo). Durante el año pasado, Santander despidió a 1.380 empleados y el Banco Popular a 2.592 trabajadores. Las dos entidades han reducido sus plantillas en España un 27% desde que se inició la crisis con un total de 13.000 empleados.
La reestruccturación puede intensificarse... No se descarta de que en el futuro entidades como Banco Sabadell y Liberbank se adquieran por parte grandes grupos, enmarcado en un proceso de concentración del sector, y que ello conlleve un proceso continuado de reestruccturación del empleo.
Destrucción del empleo bancario a nivel europeo
El contexto de reducción del número de sucursales de empleos vinculados a la banca, no es exclusivo de España sino que está muy vinculado con lo que está sucediendo en el sector bancario a nivel europeo. En toda la Eurozona, el número de sucursales bancarias disminuyó en término medio un 21% en el período comprendido entre 2008 y 2016.
Esta tendencia a la baja puede observarse en la mayoría de los Estados miembros que utilizan el euro pero existe una dispersión considerable en la medida en que se ha racionalizado la red de sucursales, con una horquilla de más del 75%.
En ocho Estados miembros, el tamaño de la red de sucursales se redujo en más de un tercio (Estonia, Grecia, España, Chipre, Letonia, Lituania, los Países Bajos y Finlandia), mientras que en otros estados miembros se produjeron ajustes más pequeños, no hubo cambios significativos o incluso pequeñas ampliaciones de la red de sucursales.
El número de personas que trabajan en el sector bancario disminuyó en todos los países, excepto en Malta. Esa reducción asciende por término medio al 16,9% en el período comprendido entre 2008 y 2016. Una vez más, la reducción real de la mano de obra varía según los Estados miembros, pero la variación es menor.
La clara mejora del sector bancario español
Que el proceso de reajuste de la banca española no haya finalizado, no significa que a día de hoy los bancos españoles no se encuentren con una mejor situación que hace unos años.
Y es que de 2007 hasta 2015, el sector ha conseguido limpiar sus balances contables aprovisionando 300.000 millones de euros, alrededor del 20% del crédito total a los residentes en el momento de la crisis y un 28% del PIB en el año 2015.
Al reajuste de la redes bancarias y el proceso de aprovisionamiento que hemos visto, hay que destacar también el aumento en la capitalización de las entidades bancarias. Una prueba de ello es que el coeficiente de solvencia global de las entidades de depósito ha pasado del 10,6% de 2007 al 13,6% de finales de 2014. Y en este mismo periodo, el capital básico (Tier I) ha pasado del 7,6% hasta el 11,8%.
En este reajuste del sector, ha intervenido la mano pública. Desde el año 2009, punto tal de 14 entidades han recibido apoyo de capital hasta un total de 64.098 millones de euros. Estas cifras se dividen en 54.353 millones pertenecientes al FROB Y 9745 millones restantes al FGDEC.