Según los datos publicados el viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el primer mes del año trajo consigo un repunte del 9,6 % en las operaciones de compraventa de viviendas. Este incremento es el quinto consecutivo y podría hacernos pensar que el sector inmobiliario comienza a salir del pozo.
En concreto, durante el pasado mes de enero se registraron 33.416 operaciones de compraventa, la mayor cifra en los últimos cuatro meses. De estas, casi tres cuartas partes (el 73,1 %) correspondieron a viviendas de segunda mano, frente a sólo un 26,9 % que eran nuevas.
Pese a la desorbitada tasa de paro de nuestra economía, sobre todo la juvenil, y a pesar de que los devastadores efectos de la crisis económica siguen presentes, lo cierto es que algo empieza a moverse en el sector. El hecho de que los bancos comiencen a competir en los diferenciales de sus créditos hipotecarios es una señal inequívoca de ello, pese a que el crédito no fluye en el mismo volumen que durante los años previos al estallido de la burbuja.
Parece obvio que la demanda contenida de inmuebles durante los años de mayor crudeza de la crisis comienza a manifestarse. Además de los extranjeros que llevan meses invirtiendo en ladrillo español, otro perfil, el de españoles de clase media que ahorraron mientras el tsunami financiero arrasaba el país, comienza a sacar la cabeza y a aventurarse a adquirir un inmueble.
Será interesante seguir analizando como evoluciona este sector en los próximos meses, máxime si tenemos en cuenta lo poco fiables que son las estadísticas cuando se refieren a datos de ventas muy bajos. Estaremos al acecho.
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