Nos vendieron la creación de un banco malo en España como la solución a los problemas de exposición al ladrillo de las entidades financieras y, en general, del mercado inmobiliario de nuestro país. Sin embargo, las cifras de venta de Sareb hechas públicas hoy demuestran el fracaso anticipado de este organismo.
Resulta que la Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb) apenas ha vendido alrededor de 4.500 viviendas a particulares hasta mediados de octubre, a las que habría que añadir una cartera de 939 viviendas adjudicada al fondo de capital riesgo HIG. Teniendo en cuenta que el objetivo establecido para todo el año es de 7.528 viviendas y que el plan de negocio contempla que Sareb de deshaga de alrededor de 34.000 inmuebles hasta 2016, sólo podemos concluir que alguna variable falla en esta ecuación de ventas.
Sareb difícilmente cumplirá sus previsiones. Los precios de sus inmuebles aún son demasiado altos debido a que no supieron (o quisieron) apretar las tuercas al sector financiero para conseguir las carteras de viviendas con descuentos mucho mayores a los aplicados. Por tanto, nos encontramos con que esos descuentos insuficientes se traducen en precios poco atractivos para los compradores potenciales. Y esto, sin olvidar que la gran mayoría de los inmuebles con los que cuenta Sareb tienen escaso valor y será muy complicados de colocar en el mercado
Además, no podemos obviar la realidad económica de nuestro país: casi seis millones de parados y una tasa de desempleo juvenil, los compradores en potencia por excelencia, por encima del 50 %. Si a esto le sumamos la dificultad para conseguir un préstamos hipotecario debido a la escasez de crédito, tenemos el cóctel perfecto para que los inmuebles envejezcan en Sareb durante varios años más.
En alguna ocasión lo dije y me reafirmo en mi pensamiento: alguien tenía que comerse el desorbitado stock de casas construidas en este país durante la burbuja inmobiliaria: o los bancos o el Estado, y han optado por lo segundo.
Vía | Europa Press En El Blog Salmón | ¿Sabemos qué es Sareb?, Sareb, la constatación de un fracaso Imagen | Revellín