No pueden estar hablando en serio, aunque parece que si.
Recordamos que hace un tiempo hablamos del presidente de la Asociación de Promotores y Constructores de España (APCE), Guillermo Chicote, que en un discurso dijo que preferiría regalar las casas que tenía, antes de reducir sus precios un 30% para venderlas.
En ese artículo dejé de resaltar la ignorancia del comentario, que prefiere un descuento del 100% (que es regalar) a uno de 30%. Esto es ignorancia o, peor, soberbia.
Desde hace tiempo, los promotores se pusieron en la cola para recibir ayudas del gobierno, es decir, de todos nosotros. Continúan en la cola.
No podían estar primeros en la cola, aunque piensan que eso es su puesto natural, por su inflada importancia en la economía española. El primer puesto lo tomaron los bancos y después llegaron los fabricantes de automóviles gritando por ayudas, con sus miles y miles de trabajadores amenazados.
Los promotores tuvieron que conformarse con el siguiente puesto y, al principio parecía que estaban ganando ya que consiguieron el anuncio de que el gobierno compraría terrenos libres.
Los pobres promotores se encontraron con muchos activos en venta y con pocas ventas pero, como vemos con la actitud del Sr. Chicote, su opinión es clara, una cosa es descontar algo y otra es regalar.
No creamos lo que se dice de que los precios han bajado ya suficiente, los precios actuales siguen muy por encima del valor correcto. Y ¿quién dice lo que es el precio correcto?
Lo promotores piensan que son ellos los elegidos y están muy molestos con los bancos que se encuentran con casas y pisos que quieren vender y, para eso, los están vendiendo a precios más bajos. Tan molestos que les han amenazado con procesos concursales para presionarles a que desistan en sus reducciones de precios.
No hay que pensar que los bancos son ONGs. Ellos han encontrado inmuebles en sus manos de clientes que no han podido pagar sus financiaciones y, saliendo al mercado a vender, el objetivo de los bancos no es maximizar el precio. Su objetivo es la devolución de sus préstamos e hipotecas, y si tienen que descontar el precio, con tal de que reciban repago, pues ellos sufren mucho menos o nada.
Los que sufren son los propietarios que, con estos descuentos ven reducirse el valor de lo que reciben por sus casas vendidas y, en muchos casos, ven su valor desaparecer.
Vía | Burbuja En El Blog Salmón | Los promotores inmobiliarios siguen esperando ayudas gubernamentales y La vivienda baja en todas las provincias