Parece ser que el Gobierno va a establecer que las portabilidades de telefonía móvil y fija, que consiste en cambiarse de operador pero conservando el mismo número, va a reducir su plazo de ejecución a únicamente dos días. En la actualidad la portabilidad en telefonía móvil es de cinco días, y en fija no hay un plazo establecido.
Esta medida me parece muy positiva para fomentar la competencia en el sector de las telecomunicaciones, ya que una barrera de los usuarios para cambiar de operador es precisamente conservar su número y el tiempo en que transcurre sin tener servicio. Se supone que con esta medida se logrará reducir al mínimo el tiempo sin servicio, ya que en dos días tiene que estar todo resuelto.
Claro que para que esto sea posible van a autorizar que haya portabilidades sin necesidad de firmar un papel, y esto tiene su peligro: el slamming. El slamming es un término que se acuñó en EEUU cuando se liberaron los servicios de telecomunicaciones que consiste en que un operador le roba a otro un cliente sin el consentimiento de este, falsificando documentación. Esto es mucho más sencillo de hacer cuando no hay que firmar nada sino que con una autorización verbal es suficiente (atención: cuidado con decir que sí a comerciales que os llamen por teléfono para preguntaros si consideráis interesante una oferta, eso podría considerarse como que aceptáis cambiaros de operador en ese mismo momento sin recibir más documentación).
Por tanto para mi esta medida es muy positiva, ya que fomenta la competencia e idealmente reducirá los precios pero tiene sus riesgos, debido a los posibles timos. Me gustaría que el cambio de operador de ADSL fuera tan eficaz y rápido como la portabilidad de móviles y a partir de ahora la de fijos.
Vía | El País