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Cuando Disney decidió abrir un parque en Europa decidió crear una sociedad ajena. Los dos parques operados en Estados Unidos (Disneyland y Disneyworld) eran propiedad de la compañía mientras que el parque Tokyo Disney Resort era gestionado por una empresa japonesa bajo licencia de Disney. Para sus dos siguientes parques la compañía eligió una participación mixta. Así el Hong Kong Disneyland es propiedad al 50% entre Disney y el gobierno de la ciudad. En Disneyland Paris se constituyó la sociedad Eurodisney, donde la compañía Disney asumió el 40% del capital mientras el 10% correspondía al inversor saudí Alwaleed y el restante 50% cotiza en bolsa. Aunque estamos ante el parque con un accionariado más popular, los estatutos de Eurodisney establecen que la gestión del parque corresponde a Disney aunque no tenga la mayoría del capital. La inversión en Eurodisney ha sido catastrófica. La sociedad suspendió pagos a principios de los noventa obligando a refinanciar los préstamos bancarios. En los últimos tres años ha sufrido pérdidas superiores a los 40 millones de euros. Actualmente cotiza a diez céntimos de euros en Euronext, aunque pretende hacer un contrasplit para dejar de ser una “penny share”. Pero los pésimos ratios no han desanimado a muchos pequeños accionistas. ¿La razón? El club de accionistas. Ya sé que muchas empresas tienen esa institución pero en la mayoría de ocasiones no es más que un servicio de venta por catálogo de productos o servicios. Pero en el caso de Eurodisney, los accionistas obtienen descuentos del 15% en entradas, consumiciones en restaurantes o en compra en tiendas del parque. Además de un descuento del 10% en la estancia en los hoteles. Aquellos accionistas que posean entre 500 y 2000 acciones deben pagar una cuota bianual de 30€ para pertenecer al club. Los que posean más de 2000 no tiene ningún gasto adicional. Con estos datos, para una familia puede llegar a ser rentable tener acciones de Disney aunque éstas no repartan dividendo ni suban su cotización. Estos accionistas actuarían como si de mutualistas de una cooperativa de consumidores se tratara. También hay contrapartidas que no tan fáciles de valorar monetariamente. Es el caso de los Eventos del Club donde se ofrecen estrenos de las películas o acceso a las inauguraciones de las atracciones. Y también es el caso de una de las ventajas que más extrañará a los que no sean disneyfilos: ser accionista da derecho a la entrada al Salón Mickey donde se puede desayunar y entrar al parque. La existencia de estos pequeños accionistas que invierten para obtener descuentos o para disfrutar de una mayor implicación con el parque (como si de accionistas de una sociedad anónima deportiva se tratara) tiene su relevancia cara a movimientos corporativos. Aunque Disney tiene asegurado el control de Eurodisney estatutariamente, no posee la mayoría del capital. En caso de una OPA para convertir al parque en un solar está claro cual sería la decisión de esos accionistas pasionales.

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