Tal y como podemos leer en Público, el Tribunal Supremo ha fallado a favor de la Agencia Tributaria para que El Corte Inglés le entregue los datos de todos los titulares que hayan realizado compras con su tarjeta entre los años 2006 y 2007 por importe superior a los 30.000 euros.
La entrada en escena del Supremo se debe a que El Corte Inglés presentó un recurso contra el requerimiento de información que se le solicitaba, dado que no era un requerimiento nominal, identificando a los titulares por nombres y apellidos sino un requerimiento masivo basado en unos criterios económicos. Pues bien, dice el Supremo que no hay problema, que el requerimiento no invade la LOPD y que tiene trascendencia tributaria por lo que El Corte Inglés tendrá que presentar esta información ante Hacienda. El caso es que esta sentencia levanta un sentimiento difuso y va a traer polvareda.
El primer efecto que tiene la sentencia es que aunque ECI entregue los datos, esos datos ya no tienen validez tributaria, porque la prescripción de los ejercicios tributarios es de 4 años y en este caso hablamos fundamentalmente del impuesto sobre la renta. ¿Qué hará Hacienda con esos datos? ¿Identificar un supuesto grupo de clientes que compran mucho en ECI e investigarlos en el futuro?
El segundo efecto es el alcance de la sentencia en sí para otras entidades financieras. El requerimiento se realiza a la financiera de El Corte Inglés y en ningún caso, el importe es el valor determinante. Es decir, mañana Hacienda podría dirigirse a VISA, Mastercard dentro de las financieras o a cualquier otro comercio y pedirle los datos de los titulares que han pagado en su comercio con tarjeta de crédito por importe de 300 euros en un año. Como siempre hemos dicho, la privacidad es una cuestión que acaba en el momento que hablamos de pagos con tarjeta y Hacienda investiga.
No obstante, hay un factor determinante en todo el asunto y que es hacia adonde apunta el futuro y no es precisamente halagüeño. Hacienda quiere simplemente tener toda la información de nuestros movimientos, la fiscalización completa de nuestros movimientos bancarios y que impere el Gran Hermano que todo lo ve. Este tipo de medidas, ponen encima de la mesa, cómo para Hacienda de entrada, todos somos culpables de fraude fiscal, porque realmente, el problema no es comprar por importe de 50.000 euros anuales, el problema es demostrar el origen de los fondos con los que pagamos estas compras.
Este es el futuro, el control de la población completa, conocer cómo gastan su dinero y si alguien llama la atención, que demuestre su inocencia tributaria porque Hacienda de entrada ya supone que eres culpable si compras muchas cosas y dejas rastro de tus compras.
Nota: He leído por varios medios que esta información estaría ya en poder de la Agencia Tributaria mediante la declaración de operaciones con terceras personas (el modelo 347). Esta afirmación no es exacta, dado que Hacienda sólo conocerá las compras realizadas por aquellos que hayan pedido factura y cuyo importe anual exceda de 3.005.06 euros. Si hemos realizado la compra con un simple ticket, los datos del comprador no llegan a Hacienda.
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