Las empresas inmobiliarias y constructoras tienen créditos concedidos por importe de 422.000 millones de euros, más del 23% del total del crédito concedido a todas las actividades. Si algo hemos puesto de manifiesto en esta crisis ha sido el estancamiento del crédito a la construcción.
Desde 2008, el volumen de crédito concedido a actividades inmobiliarias y construcción disminuye suavemente pero no presenta una rebaja sustancial, que sería el objetivo deseable dentro de la situación del mercado inmobiliario y financiero. Por contra, la morosidad sigue en aumento, el 6,36% y 115.350 millones de euros calificados como créditos dudosos.
El riesgo de impago asociado al sector inmobiliario sigue latente y que no hay forma de reducir dichos créditos. En poco más de tres años, el crédito asociado a la construcción se ha reducido en 34.000 millones de euros pero la morosidad ha aumentado en 100.000 millones. Obviamente, aquí hay un problema de gran calado que no se resuelve con el FROB y resto de artilugios asociados.
Podemos pensar que los créditos con garantía real podrían solventar esta situación, pero el problema de fondo está en la ausencia de mercado para el sector inmobiliario, pienso en solares, desarrollos urbanísticos o viviendas acabadas en zonas saturadas y en la valoración de dichos activos que respaldan los préstamos. Esas valoraciones no están ajustadas, por lo que el cáncer del sistema financiero sigue vivito y coleando.
Para cerrar la hecatombe, un par de datos muy significativos: el total de los fondos propios del sistema financiero ascienden a 279.000 millones de euros y el total provisionado para morosidad del global del sistema financiero asciende a 71.000 millones; cifras que se quedan bastante lejos de la morosidad reconocida y el volumen de crédito concedido a un sector muerto. El sistema financiero de la Champion League pende de un hilo.
Más Información | Banco de España – morosidad abril 2011
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