El terremoto de Haití ha tenido y seguirá teniendo unas funestas consecuencias para el pais latinoamericano. Marco Antonio ya nos comentó que se han calculado unas pérdidas superiores a los 2.000 millones de dólares, además del drama humano y toda la ayuda humanitaria y desinteresada que se pueda conseguir es poca.
En nuestro país, las donaciones marchan a buen ritmo pero claro, los donantes han comenzado a quejarse porque en muchos casos, la emisión de una transferencia desde una cuenta corriente a la cuenta de una ONG lleva asociada una comisión, comisión que para los usuarios raya la usura y la mayoría clama porque esta comisión se elimine dado que los bancos se lucran con la desgracia ajena. La teoría que se pone encima de la mesa es que "los bancos ganan dinero con las tragedias humanas". ¿No se dan cuenta los que lanzan las críticas que obligan a la solidaridad? El banco tiene una actividad comercial y en función de su perfil de clientes y política de empresa, cobra unas determinadas comisiones por una prestación de servicios. Esta comisión cae dentro de su rango general de ingresos y no es ético obligar a que nadie trabaje gratis por motivos de solidaridad.
Al igual que todo el mundo se queja por este tipo de gasto/ingreso asociado a una comisión, en el fondo sólo le estamos pidiendo a las entidades financieras que por motivos humanitarios, dejen de cobrar por los servicios que habitualmente obtienen sus ingresos.
Siguiendo esa línea de razonamiento, los propios donantes, deberían también reclamar a las constructoras que vayan a reconstruir el pais, a las suministradoras de víveres y alimentos, a las empresas de transporte y todo el ejército de empresas que va a obtener dinero en las labores de evacuación, rescate y reconstrucción del país caribeño que tampoco cobren por la realización habitual de sus prestaciones de servicios o productos, dado que se destinan a una ayuda humanitaria.
Sin olvidar claro, que ya que estamos repartiendo leña para el sistema financiero, lanzamos algunas falsedades al aire como que las comisiones bancarias no están limitadas o criticar la nula responsabilidad social corporativa.
Quién realiza una donación no puede obligar al resto a que la realice y cada cual, sea empresa o particular hace con su dinero lo que le da la gana y organiza su actividad empresarial como mejor le parece, pero no critiquemos una actitud normal de cualquier empresa realizando las labores que habitualmente realiza.
En El Blog Salmón | Te echo de menos, la magia de la solidaridad Imagen | United Nations Development Programme