
Durante décadas, la fórmula parecía infalible. Y las familias no se cansaban de repetirla: "Estudia, que te irá mejor en la vida." Más formación era el equivalente a un salario más alto y, por lo tanto, a mejores oportunidades y un nivel de vida superior.
Sin embargo, la brecha podría estar cerrándose. La diferencia salarial entre las personas que han cursado estudios universitarios y los que no cada vez es menor, año tras año. En gran parte, la explicación se encuentra en el aumento de los salarios mínimos, pero hay más.
La universidad (ya) no garantiza nada
Una noticia reciente de The Times, firmada por el analista Tom Calver, pone el dedo en la llaga. Parafraseando su texto, dice algo así: "Antes, ir a la universidad era una forma rápida de aumentar tus perspectivas salarias. Pero ¿hoy? ¿vale la pena?"
Según Calver, tras el aumento del salario mínimo en el Reino Unido (£12.21, en trabajos de cuarenta horas o más: si bien, su aplicación y traslación no es exacta a la normativa española) ha supuesto una desaceleración de los sueldos de los titulados universitarios, que han perdido parte de la ventaja competitiva de sus salarios.
En su análisis, Tom Calver compara los ingresos de graduados y no graduados en el Reino Unido, mostrando cómo en algo más de una década la diferencia ha pasado de duplicar el salario mínimo a situarse en torno al 40 %, y en retroceso.
🧵 NEW: The erosion of the graduate premium
— Tom Calver (@TomHCalver) April 6, 2025
The minimum wage is now £25k on a 40-hour week. From next year, £25k is also the threshold for repaying new student loans
There are many good reasons to go to uni - but does it still pay in the financial sense?
1/8 pic.twitter.com/qCAgnNAzhX
Si bien el aumento del salario mínimo explica parte de esta tendencia, también influye la pérdida de poder adquisitivo de los titulados: sus sueldos han caído de cerca de las 40.000 libras antes de la crisis financiera de 2008 hasta menos de las 35.000 libras, hoy día.
En paralelo, los ingresos de los no graduados se mantienen entre las 25.000 y 30.000 libras, una franja muy próxima al salario mínimo, que ya supera las 25.000 libras anuales.
La tendencia se replica en España
En España, según el Instituto Nacional de Estadística (Encuesta de Estructura Salarial del INE, 2022), los licenciados universitarios percibieron un salario anual de 44.672,13 euros, superior en un 65,8 % al salario medio.
Por otro lado, los trabajadores con estudios primarios incompletos tuvieron una remuneración anual de 17.333,57 euros, un 35,7 % inferior al salario medio, que corresponde a 26.948,87.
Si bien la diferencia sigue siendo notable, se observa una tendencia a la reducción de esta brecha en comparación con años anteriores, tras el aumento del SMI, que todavía se encuentra por debajo de otros países europeos —sobre todo, si aplicamos el baremo salario-coste de vida.
In the US, as @jburnmurdoch has shown, a huge rise in graduates has barely impacted the graduate premium. But here, that’s not the case: the graduate benefits have been diluted
— Tom Calver (@TomHCalver) April 6, 2025
Indeed since ‘09, the UK’s wage stagnation has been concentrated among higher, mostly graduate earners pic.twitter.com/63z2RfwtVd
En el caso español, la reducción del salario medio por estudios superiores no es todavía tan marcada como en otros países. Según los datos de la Encuesta de Estructura Salarial del INE, la diferencia entre titulados universitarios y trabajadores con bajo nivel de formación sigue siendo sustancial.
Sin embargo, hay varias dinámicas que invitan a pensar que esto también está cambiando. Por un lado, el aumento sostenido del salario mínimo ha elevado los sueldos más bajos, estrechando la base de la distribución salarial.
Salarios congelados
De igual modo, el estancamiento de los salarios medios y altos en sectores con alta concentración de titulados también ha contribuido a este efecto.
De este modo, aunque el diferencial sigue siendo alto en términos absolutos, el contexto actual podría asentar las bases hacia unos sueldos relativamente convergentes pese al nivel educativo. Por ahora, ir a la universidad sigue siendo rentable en España, pero cada vez menos, lo que explica el repunte de la Formación Profesional.
Además, según Eurostat, el 12,9 % de los españoles con formación universitaria se consideran cada vez más pobres, un aumento respecto al 12,1 % del año anterior, que puede sugerir una reducción de la brecha salarial a la baja.
Por descontado, tanto en Gran Bretaña como en España, la educación superior sigue ofreciendo ventajas salariales, pero la diferencia con respecto a los trabajadores con menor formación se ha ido reduciendo. Como comentaba Calver: en resumidas cuentas, los mayores ingresos están en el bolsillo de los que fueron a la universidad, pero ir a una institución superior, ya no garantiza nada, y la rentabilidad para los recién titulado, después de impuestos, puede ser decepcionante.