No, amigos del marketing y la publicidad, no me he vuelto loco. Sé que la publicidad vale de algo. Pero esta pregunta tiene un motivo...
Hace unos días escribía en ¡VayaTele! una entrada sobre el anuncio que protagonizan Pau Gasol y Rafa Nadal para una marca de relojes. Anuncio que a mí me parece divertido, bien construído, y que saca partido de la imagen de marca de dos de nuestros deportistas más destacados. El caso es que, en los comentarios de esa entrada, alguien reflexiona:
"Pues a mi ya puede venir quien sea a anunciarme lo que sea que si el producto no me gusta no lo compro, que bajen el precio de las cosas en vez de encarecerlo pagando una pasta a 2 tios superforrados.¿Realmente se vende mas por eso?" Creo que la respuesta evidente es que sí. Sí se vende más por eso. O mejor dicho, si no hicieras eso, no venderías nada. Y es que estamos en una economía de la abundancia, donde la oferta supera la demanda. Hay literalmente decenas (cientos) de marcas (de relojes, en este caso). Y hay que llamar la atención del potencial consumidor para que, al menos, sepa que existes. Luego ya valorará si eres caro o barato, si tu producto es de calidad alta, media, o baja. Pero para hacerse ese planteamiento, primero tiene que saber que estás ahí.
Y, para eso, utilizar una publicidad que consiga meter tu marca en la cabeza de los consumidores es fundamental. Algunas lo logran, obteniendo una alta tasa de recuerdo del anuncio y una elevada tasa de vinculación del anuncio con la marca. Otras veces, se consigue lo primero pero no lo segundo. Quizás éste anuncio caiga en esa categoría: seguro que si hablamos "del anuncio de Gasol y Nadal", mucha gente lo recuerda. Si preguntamos que a qué marca está ligada... igual menos.
La publicidad sí sirve. La buena, claro. Hay otra que no es más que un pozo sin fondo de dinero que no consigue sus objetivos. Pero esa es otra historia...