La Asociación Nacional de Constructores Independientes (ANCI) ha reclamado hoy al Gobierno inversiones por 10.000 millones de euros en infraestructuras para frenar el desempleo en el sector. Además exigen a las administraciones que paguen sus deudas.
Lo de la exigencia de pago, es completamente acertado. Ya bastante mal está el sector para que ahora las administraciones no paguen, lo que dificulta aún más la financiación de las empresas. Y esto es válido para cualquier empresa, no sólo de este sector. Las administraciones no pueden hacer suspensiones de pago encubiertas, eso es muy dañino para el sector empresarial.
Ahora bien, sobre la otra propuesta, la de las inversiones de 10.000 millones de euros, me parece bastante descabellada. El único argumento para decir dicha cifra es que las empresas que componen el ANCI facturaron el año pasado 10.000 millones de euros. Es decir, aunque haya crisis quieren repetir, y además íntegramente de fondos públicos.
La situación de las constructoras se ha vuelto insostenible por lo desmedido de las obras acometidas en los últimos años. Y la única salida es que el sector se reduzca de tamaño, no que ahora los erarios públicos sostengan el sector. Está claro que el Estado puede aprovechar esta coyuntura para acometer obras en infraestructuras necesarias para la mejora de la competitividad de nuestro país, ya que es un momento en que las obras pueden salir más baratas, pueden ser más rápidas y además se ayuda a mantener el empleo. Pero de ahí a que haya que sostener todo un hinchado sector con fondos públicos... no lo veo.
Y el argumento de que el paro aumentará no sirve. Efectivamente, el paro aumentará, es muy duro, pero la única salida es la recolocación en otros sectores. La construcción no puede seguir la vía de los últimos años. No era sostenible.