![Si queremos que los más ricos de España paguen más impuestos la vía es gravar más las rentas del capital. El problema: mucha menos inversión](https://img.remediosdigitales.com/3d477a/blog-salmon/450_1000.jpeg)
En España, el debate sobre cómo lograr que las personas con mayores ingresos contribuyan más al sostenimiento del Estado del bienestar se ha convertido en un tema recurrente en cada legislatura. Otra cosa son las soluciones a las que se llegue (si es que esto ocurre)
Una de las propuestas más destacadas es aumentar la tributación de las rentas del capital. Sin embargo, esta medida plantea dos importantes interrogantes: cómo afectará en la inversión y, por ende, cómo en el crecimiento económico.
La tributación actual de las rentas del capital en España
Las rentas del capital en España incluyen ingresos como dividendos, intereses de cuentas y depósitos, y ganancias patrimoniales derivadas de la venta de activos financieros. Estas rentas tributan en IRPF a tipos que varían según su cuantía.
- 19% para los primeros 6.000 euros.
- 21% para la franja entre 6.000 y 50.000 euros.
- 23% desde 50.000 hasta 200.000 euros.
- 27% para cantidades entre 200.000 y 300.000 euros.
- 28% para importes superiores a 300.000 euros.
Estos tipos impositivos sitúan a España aproximadamente 10 puntos porcentuales por encima de la media de la Unión Europea en la tributación de las rentas del capital.
Propuestas recientes de incremento impositivo
En noviembre de 2024, el Gobierno español, también la parte de Sumar, acordó elevar en dos puntos la tributación en el IRPF de las rentas de capital que superen los 300.000 euros, situando el tipo máximo en el 30%.
Por dos motivos principalmente:
— Jon González (@Jongonzlz) February 3, 2025
1⃣ La composición de su renta bruta, principalmente del capital, paga Impuesto de Sociedades pero no paga cotizaciones a la Seguridad Social
2⃣ Destinan una proporción mucho menor al consumo, y por tanto pagan menos IVA e Impuestos Especiales https://t.co/6aNoZ5X0sL pic.twitter.com/ZITlONPYzD
Además, se propuso establecer un nuevo impuesto sobre bienes suntuarios, como jets privados y yates, con el objetivo de mejorar la equidad en la distribución de la riqueza.
Pero, ¿cómo impacta en la inversión?
Si bien el objetivo de estas medidas es aumentar la recaudación y promover una mayor justicia fiscal, es importante pensar en sus posibles efectos sobre la inversión. Un estudio de Funcas señala que incrementos significativos en la tributación del capital pueden tener efectos negativos sobre el Producto Interior Bruto y el empleo, debido a una posible reducción en la inversión y en la relación capital-trabajo.
Además, la coexistencia del Impuesto sobre el Patrimonio con el Impuesto sobre las Ganancias de Capital en España puede generar tipos impositivos marginales efectivos superiores al 100%, lo que significa que los impuestos podrían absorber todo el rendimiento de ciertos activos, desincentivando así la inversión y el ahorro.
¿Cómo lo solucionan en Europa?
En Francia, una subida del impuesto a las grandes fortunas provocó una salida significativa de capitales hacia países vecinos, como Bélgica. Esta situación condujo a una reforma fiscal posterior que redujo la presión impositiva sobre el capital.
En contraste, países como Dinamarca y Suecia mantienen una elevada tributación al capital, pero compensan este efecto mediante un sistema fiscal eficiente y una alta calidad de servicios públicos, lo que mitiga el impacto en la inversión. De momento, en España, no ocurre nada de esto.
Efectos a medio y largo plazo
Un incremento sostenido de la fiscalidad sobre las rentas del capital podría reducir el atractivo de España para la inversión extranjera directa, afectando a sectores clave como la tecnología, las energías renovables y el turismo.
Además, existe el riesgo de que se fomente la evasión fiscal mediante el traslado de patrimonios a jurisdicciones con menor presión impositiva.
Desde un enfoque social, la medida puede aumentar la percepción de justicia fiscal, reduciendo la desigualdad y financiando políticas públicas esenciales como la sanidad, la educación y la transición ecológica. No obstante, es imprescindible acompañarla de políticas activas que impulsen la competitividad empresarial y la inversión sostenible.
Posibles soluciones y equilibrio fiscal
Una posible solución sería, por tanto, implementar incentivos fiscales para la reinversión de beneficios empresariales en proyectos de innovación y desarrollo. Otra medida sería gravar más el patrimonio improductivo, como propiedades vacías, en lugar de penalizar directamente la inversión productiva.
También se podría explorar una tributación diferenciada para inversiones de impacto social y medioambiental, fomentando así el desarrollo sostenible.
Aumentar la tributación de las rentas del capital en España es una vía directa para lograr que las personas con mayores ingresos contribuyan más al sostenimiento del Estado del bienestar. Sin embargo, los efectos adversos que puedan surgir de una carga impositiva excesiva sobre el capital puede resultar dañina para la economía. ¿Cómo conseguir el equilibrio perfecto?