Hace unos días hablamos de que los políticos en Málaga han dedicado fondos para el fomento de nuevas empresas tecnológicas en su zona. Ahora tenemos al gobierno central dedicando €8.000 millones para apoyar a las empresas españolas, especialmente las PYMES.
Una vez más, políticos piensan que saben de esto de ser empresarios y deciden utilizar nuestro dinero para redirigirlo a empresas que ellos eligen, a los empresarios necesitados.
Como hemos visto en tantas y tantas ocasiones, lo que pasará es que los enchufados y los que más gritan y lloran chuparán lo que pueden y, cuando acabe el dinero gratis, continuarán con su vida normal. Los que ganan se enriquecen y los que pierden, bueno, perdieron el dinero del gobierno, es decir, de nosotros. ¿Cuándo se darán cuenta los políticos que ellos y sus funcionarios no pueden y no saben hacer todo? Ellos no son las mejores personas para decidir si una empresa puede o incluso debe continuar. Ellos no son los que mejor pueden identificar buenos empresarios y buenas ideas empresariales para apoyarlos.
Una economía se debe dejar en paz. Empresas y negocios se forman y muchas se cierran y las que sobreviven y las que crecen son las que crearán valor, empleo y riqueza para el país.
Los políticos deberían dedicarse a reducir regulaciones innecesarias, ayudar a educar a los futuros empresarios y suministrar información y flexibilidad y, más importante, quitarse del medio.
Si los políticos quieren ser empresarios, que tomen su dinero personal y que lo inviertan en una idea empresarial y que lo hagan funcionar. ¡Buena suerte!