La economía de Estados Unidos no logra repuntar pese a los planes de estímulos a la banca. Esto demuestra que la política monetaria por la vía de inyección de liquidez a una banca sobreapalancada ha sido completamente errónea, dado que ese dinero nunca ha fluído hacia la economía real. El dato del mes de agosto para los pedidos de bienes duraderos es alarmante. Como muestra la gráfica, los pedidos de bienes duraderos se desplomaron un 13,2 por ciento en agosto, pasando a ser la mayor caída mensual en cuatro años. Esta es una clara señal de que Estados Unidos se aproxima a una nueva recesión.
Los nuevos pedidos de bienes duraderos manufacturados disminuyeron en un mes 30.100 millones de dólares, pasando de los 228.623 millones de dólares de julio a 198.494 millones de dólares en agosto, como indicó ayer la Oficina del Censo de Estados Unidos. Esta caída es la mayor desde enero de 2009. Pero el dato es aún peor en la caída de equipamiento de transporte dado que el deslizamiento en este sector fue de 34,9 por ciento.
Subrayando la debilidad de la economía estadounidense que aún se vive por el lado de la demanda, el gobierno revisó a la baja el dato del PIB del segundo trimestre, desde el 1,7 por ciento anunciado inicialmente al 1,3 por ciento final. Uno de los factores que ha influído en este deterioro es la prolongada sequía que sufre el medio oeste de Estados Unidos que ha hundido la producción agrícola. Todos estos datos indican que Estados Unidos se dirige a una nueva recesión alineándose con el deterioro de Europa y la caída que se retroalimenta en China y Japón.
Más información | Oficina del Censo de Estados Unidos.