Lo de predicar en el desierto debe estar muy bien, pero que narices, a uno le gusta saberse escuchado. Y una buena muestra de estar ahí lo dan los comentarios a los posts. En dicho sentido debiera estar muy contento por la respuesta a La burbuja formativa. Me han resultado de lo más interesante, tanto que creo oportuno dedicarle una segunda parte.
Como recordáis, trataba de establecer una analogía entre las burbujas de las que generalmente se trata en los medios y una, para mi absolutamente real, burbuja formativa. Llamaba también la atención acerca de un curioso hecho: muchos de los que más gritaban contra aquellas eran titulados, universitarios o técnicos, que se negaban aceptar la segunda. Y es que en este caso, estaba claro que quienes tenían en sus manos un activo depreciado eran ellos, y no estaban por la labor de admitirlo. Pero los paralelismos no acaban ahí. Lo mismo que en micho foros se critica el nuncabajismo inmobiliario de los propietarios inmobiliarios, resulta curioso como son tan ciegos de no ver que ellos están encadenados al nuncabajsmo titulativo (horrible y errónea expresión, pero que todos entenderéis).
Resulta curioso como hay quien cree que su título es algo así como el fin de un proceso, una meta. En ese sentido es como cuando un jugador de cualquier selección oficial va y suelta ese tópico de que es un premio a su carrera. No hombre, no. No es un premio. Es una responsabilidad enorme la que contraes. Y el titulado idem. Es partir de ese momento cuando debe comentar a formarse permanentemente. Y esa es una responsabilidad suya, no de la empresa (que si quiere le formará o no). Es un proceso continuo sin fin, ya que, esos diplomas, esos MBAS, etc, comienzan a perder valor desde el mismo momento de su emisión. La única manera de mantener en valor esa formación es través de la experiencia y la actualización constante. Y vale para todas las profesiones.
Os recomiendo la lectura deInversión, especulación…y cosas mías”> este post de Inversión, especulación… y cosas mías. Trata acerca de la desesperante búsqueda de talento por parte de las empresas. Quizás lo mejor ni siquiera esta en el post, ya que son casi más ilustrativas las respuestas que suscitó la intervención de Fernan2 en Barrapunto. Oiga, que eso de formarme no es cosa mía, es cosa de la empresa. Mire Vd., que cosas más raras pide, eso no lo he estudiado en la carrera. Eso me ha recordado al clásico de es que esa materia no la vimos en calse profe, no puede entrar para el examen.
Pues lo dicho. Espero que este post sirva para que muchos se den cuenta de que ese papel que creen que les hace especiales no es el brazo incorrupto de Santa Teresa. Digamos que se autodestruye, lenta pero inexorablemente, de no aplicarle los cuidados necesarios. Eso si, tienen algo en común. Ninguno de los dos consigue milagros.
Vía|Inversión, especulación…y cosas mías
En El Blog Salmón|La burbuja formativa
Imagen|carlos@ingolube